sábado, 15 de julio de 2017

El secreto de Comisiones Obreras de Albacete

Una de las organizaciones más eficaces del sindicalismo español es Comisiones Obreras de Albacete. Su eficacia se explica, a mi entender, por una relación virtuosa entre el proyecto y la organización de dicho proyecto. O, por mejor decir: proyecto y organización fusionados en un quehacer de acción colectiva periódicamente verificados. A los sindicalistas albaceteños les caracteriza un estilo sobrio que les viene desde sus primeros andares a mediados de los años sesenta del pasado siglo. Gente muy formal, sin perifollos de ningún tipo, que siempre me impresionaron con sus intervenciones en los consejos confederales.

Hace días uno de los padres de la organización albaceteña, Antonio Navarro, (en la foto) escribía en este mismo blog sobre la problemática de los trabajadores del campo inmigrantes (1). De sus condiciones de vida y de la miseria de jornal que les pagaban. Hoy, el mismo Navarro, informa –es decir, verifica--  el resultado de aquella denuncia que sus protagonistas hicieron ante los medios de comunicación. Nos lo detalla de manera austera y, de paso, señala en qué ha quedado la acción colectiva de los braceros inmigrantes y de su relación con la Unión de Sindicatos de Albacete. De paso, nos propone una serie de reflexiones –tan sobrias como eficaces--  de lo que es, con toda naturalidad, la tutela y representación del sindicalismo.  

Dice Antonio Navarro: «Si hace unos días denunciamos las condiciones de esclavitud en las que trabajaban un grupo de trabajadores del campo, hoy podemos anunciar que su denuncia ha tenido éxito. CCOO y la empresa han firmado un acuerdo por el cual se les abonará 2000 € a cada uno de los trabajadores en concepto de atrasos por los días no trabajados así como la incorporación a la empresa en las condiciones fijadas en el Convenio colectivo del sector. Al parecer, según la empresa, han sido los intermediarios los responsables de esta situación. En el campo como en otros sectores, los intermediarios parasitan entre el productor y el consumidor obteniendo unos beneficios sin correr riesgo alguno. Pero este es un asunto del que hablar en otra ocasión.

»El éxito de este conflicto ha venido motivado por lo que en CCOO calificamos como "sindicalismo de proximidad", es decir, la presencia permanente en las empresas y en los centros de trabajo. En algunas ocasiones más enunciado que practicado. No descubro nada nuevo si digo que uno de los mayores males internos que afectan al sindicalismo es el del burocratismo, la existencia de estructuras inermes que pesan como una losa en la vida sindical. Hasta el punto de distraer más tiempo y esfuerzos en el mantenimiento de estas estructuras que a la acción sindical. Suele ser común en las grandes organizaciones, se mueven como los elefantes, inmersas en dinámicas internas que hacen del mantenimiento de su supervivencia en el mayor motivo de su existencia. Riesgos de los que no estamos exentos las gentes de CCOO. Sin embargo, casos como el que nos ocupa nos abre una ventana de oportunidad para reivindicar la utilidad del sindicato, la necesidad de su existencia. Homenajear a los y las sindicalistas de a pie quienes, desde dentro y desde fuera de los centros de trabajo construyen sindicato. Felicidades a las CCOO de Albacete».

En resumidas cuentas, ha hablado un maestro. Sin aspavientos. Antonio Navarro o la expresión del sindicalismo castellano-manchego.


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