miércoles, 19 de abril de 2017

Mariano Rajoy, testigo de ocasión

Un auténtico terremoto: Mariano Rajoy es llamado a declarar como testigo en el caso Gurtel. Testigo o el que da testimonio de algo. Y si da testimonio es que no andaba lejos de donde ocurrió ese «algo». Por cierto, ¿cuántos afirmaron que Mariano sería llamado a declarar? No es mi caso. Pero seguramente habrá astrólogos de baratillo que dirán, tan panchos, que ellos ya lo dijeron en la barra de la taberna de la esquina. Ahora lo que se ventila es si el susodicho testificará a través del plasma o se personará en directo. Ya lo veremos.

Podemos afirmar, no obstante, que (tanto en plasma como en directo)  Mariano se acogerá a la doctrina del nomeconstantismo. A saber, esa técnica del «no me consta» que se ha puesto de moda. Que indica lo que los antiguos definían como «llamarse Andana». La han manoseado ad nauseam tanto patricios como plebeyos, tanto los de sangre azul como la verde, el color de los billetes, billetes verdes. «No me consta», u otro similar y menos manido, será el concepto sobado que usará Mariano. El hombre de Pontevedra sometido a la prueba del algodón.

Si dice lo que sabe hunde a su partido en una fosa abisal. Si no le consta quedará como un calzonazos que nada sabía, un títere manejado por los covachuelistas de la calle Génova.

Sea como fuere España está en coplas en el mundo. Una coincidencia astral ha hecho que coincidan en el espacio—tiempo lo de Mariano y lo de Rodrigo. Mariano o el testigo; Rato, el mega ex, que ha visto cómo ha saltado por los aires su secreto de dimitir del Fondo Monetario Internacional. Por cierto, la señora Lagarde todavía es el momento para que nos ofrezca una explicación. Aunque tal vez a ella tampoco le conste.

Y mientras tanto algo está en desuso: ese constructo de la «Marca España». Quienes la acuñaron y publicitaron han contribuido poderosamente a enterrarla. Un momento: la marca España que debe resaltarse es que un Tribunal de Justicia ha llamado a declarar al presidente del Gobierno como testigo. Con la exigencia de decir verdad.


Postdata.--  ¿No habrá alguien que le meta mano a una novela o relato que recuerde La Corte de los Milagros de aquel trueno de don Ramón María del Valle-Inclán? Al finalizar estas líneas me entero de la detención de Ignacio González y sus macabeos. 

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