miércoles, 22 de febrero de 2017

En Cataluña, mentiras a manta

Desconfíen ustedes de los gobernantes que no lleven un polígrafo portátil. Ese chisme que, según dicen las películas norteamericanas, detecta si quien habla es un mentiroso consumado o no. Naturalmente, los gastos deberían ir a cargo del gobernante en cuestión. Lo decimos porque finalmente se ha aclarado lo que dijo el versátil Delegado del gobierno en Cataluña, Enric Millo, con relación a los contactos –a todos los niveles, dijo--  entre “Madrid” y “Barcelona”. A algunos no se nos pasó por alto ese enfático «todos». Intuimos que también en los llamados altos niveles. O sea, Rajoy y Puigdemont se habían visto las caras, según indiciaba Millo. De ello hemos hablado en Cataluña y sus posverdades.

Tras la información de Miquel Iceta, una persona bien avisada, de que efectivamente había habido contactos al más alto nivel, La Vanguardia, nos informa que los hubo. Ya se sabe: Vox La Vanguardia vox Dei. Pero antes de ello los masoveros de Puigdemont y de Rajoy afirmaron que ni hablar del peluquín. Que las espadas seguían en alto. Ninguno de ellos se sometió al polígrafo. Alguien, con más celo de lo debido, pongamos que hablo de la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munné, fue taxativa. Aquello era otra agresión a Cataluña.

Sin embargo, se descubrió el pastel: hubo reunión con comida incluida. Sabemos ahora el desconcierto en las filas de los grupos dirigentes del partido de Artur Mas y de la turbación en las filas del independentismo, siempre partidario de que «al enemigo, ni agua». Mientras tanto, Puigdemont aplica los métodos arteros de sus mentores: doble moral y doble contabilidad.

Cambiamos radicalmente de tema, pero seguimos con lo del polígrafo. Mi editor me dice: «Tu libro, No tengáis miedo de lo nuevo, aparecerá a principios de junio». Le respondo: «Debes pasar la prueba del polígrafo». Y me responde: «Palabrita del Niño Jesús». Sea, pues. El libro a principios de junio.


Otra cosa: La foto que preside este post nada tiene que ver con el contenido. Es sencillamente un homenaje a Horacio Fernández Inguanzo y Juan Muñiz Zapico (Juanín). Dos hombres de palabra veraz. La  foto es de la Fundación Primero de Mayo.

  

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