martes, 2 de junio de 2015

No demoréis rematar la faena, que sois mujeres


Homenaje a Marciana Blanco, la primera del ángulo derecho: huelga del textil en Mataró, 1976. 


Ciertas fuerzas que, dados los resultados de las recientes elecciones, están en condiciones de formar gobiernos autonómicos y locales nos repiten tan machacona como obsesiva esta idea: «No vamos a intercambiar cromos, lo importante no es el quién sino el qué». Mis queridos amigos, ya nos hemos enterado, lo habéis dicho setenta veces siete. De manera que ya empezáis a resultar cansinos. Y sin embargo seguís con dicha cantinela o cantilena, que también se puede decir.  Esa frase, en todo caso, parece demostrar una cierta prevención a gobernar pues separa y desvincula el qué con aquel que tiene y debe llevarlo a cabo. Pero también es posible que exprese que en esta fase la primacía esté en el toreo de salón, en la estética del postureo. Y, por no descartar ninguna hipótesis, daría la impresión de que se trata de un arma arrojadiza en caso de que, lamentablemente, no consigan un acuerdo. Porque tal vez buscan el acuerdo perfecto, impecable, capaz de justificarse ante los vivos y los muertos. Olvidan que la perfección no existe: ni siquiera en el cuarteto de La figlia dell´ amore (Rigoletto), ni tampoco en Los campanilleros por la madrugá (La Niña de la Puebla).

Tanta repetición del mismo dicho está provocando cierta desazón, algún que otro nerviosismo, una intranquilidad que en apariencia se quería evitar. Ese mensaje tan repetitivo se está convirtiendo en debilidad de quienes lo remachan a diestro y siniestro. Tempos fugit, dijo el clásico. De modo que, si se agota el tiempo y no se llegue a un acuerdo, lo de ustedes puede convertirse en pura y dura bastardía.

Dicho lo cual, tengo una esperanza: la irrupción de las mujeres en este proceso electoral –los casos de Carmena, Colau y Oltra, entre otros--  me hace estar esperanzado en que se llegará a acuerdos fecundos para la ciudadanía que representan y para la izquierda de la que son representantes de una nueva cualidad. Por lo demás, estoy a la espera de que alguien con la cabeza en su mejor sitio nos hable de las novedades de largo recorrido que tiene esa irrupción de las mujeres en la cosa pública.    



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