martes, 31 de marzo de 2015

Puentes de diálogo entre las izquierdas: itinerarios de amistad.



Un grupo de amistades de toda la vida nos hemos encontrado en Pineda de Marx, una ciudad de la costa próxima a Barcelona: Javier Aristu, Paco Rodríguez de Lecea, Javier Tébar y un servidor de ustedes, que sólo tenemos tras las espaldas nuestras responsabilidades en blogs como En Campo Abierto, Punto y contrapunto, Segle XX: revista catalana d'història y Metiendo bulla.

 

Dos eran los objetivos de nuestra reunión: primero, analizar si, con el paso de los años, todavía estábamos de buen ver; segundo, si la respuesta nos parecía, después de una valoración severamente crítica, que era de esa manera, ver si podíamos poner en marcha una modesta operación cultural. Comoquiera que acordamos, con un cierto puntillo triunfalista, que todavía estamos en condiciones de decir algunas cosas, nos interrogamos sobre un asunto que podría ir más allá de nuestras fuerzas: propiciar un diálogo entre exponentes de las izquierdas desde el campo reformista hasta el maximalista, por utilizar términos que, aunque sobados,  parecen inteligibles; un diálogo desprejuiciado que, andando el tiempo, rompa los compartimentos estancos entre las diversas familias de las izquierdas españolas y europeas. Entiéndase bien, no se trata de una instancia orgánica de la izquierda, simplemente es un foro de diálogo sin las apreturas de la acción política cotidiana ni –menos todavía— de los encorsetamientos de la posición ideológica. El objetivo, reincidimos en la caracterización, es hablar, dialogar desparpajadamente. La segunda cuestión que se nos ha aparecido es sobre qué hablar. No lo hemos dudado ni un segundo: preferentemente sobre el trabajo –mejor dicho, sobre los trabajos, partiendo de su valoración social.  

 

Esta aventura no la planteamos en clave aldeana. Como mínimo apuntamos a que el diálogo tenga como protagonistas a exponentes de las izquierdas europeas, y como mínimo hemos hecho un elenco de personas a quienes queremos convocar. Vale decir que apuntamos a gentes que conocen el paño.

 

¿En qué se concretará todo ello? Ya lo iremos viendo sobre la marcha. Lo que sí podemos decir es que ustedes serán los primeros en saberlo cuando acabemos de ensartar las variables que tenemos pendientes.  Lo dicho, vamos a lo nuestro: puentes de diálogo e itinerarios de amistad.           

 


 

jueves, 26 de marzo de 2015

Sindicato, el libro y la innovación tecnológica




A lo largo de toda mi vida he frecuentado librerías que me han servido de mucho. La primera, siendo yo mocito, fue una librería de viejo en Granada: al final de la calle Párraga, muy cerquita del cine Aliatar, en un sotanillo. Ya en Mataró fui asiduo, primero del Baloo sport, a mediados de los sesenta, donde se vendían libros clandestinos; después del Cap Gros. En Barcelona fue la legendaria librería Documenta. Y, desde hace unos quince años, en La Llopa de Calella.

Ir a las librerías –me refiero a mis experiencias con las que he citado— fue una parte muy importante de mi formación cultural. El diálogo con los libreros, gente de gran cultura, y sobre todo sus enseñanzas me han servido de mucho. En la librería granadina compraba las obras de teatro de Shakespeare; eran libros de segunda mano que tenían un sello que ponía “Biblioteca municipal de Fuentevaqueros”, el pueblo natal de Federico García Lorca, que –tras la guerra--  alguien desvalijó o vaya usted a saber qué. El viejo librero me decía que estaban traducidas por don Luis, naturalmente se refería a Astrana Marín, como dando a entender, pícaramente, que eran íntimos de toda la vida.  

Ir a la librería era en mi caso todo un acontecimiento que se repetía a menudo. La consulta al librero, la charla, el manoseo cuidadoso de otros libros, y ese acto tan sensual de salir de la tienda con un libro en la mano. Sigo con esa manía con la consciencia de que estoy haciendo algo importante.

El último libro que he comprado es España / Reset: Herramientas para un cambio de sistema. Sus autores son Joan Subirats y Fernando Vallespín. Lo edita Ariel. En un momento dado leo algo en el libro, me sobresalto y casi se me cae el cigarrillo de la comisura de los labios. ¿Será posible? Está en la página 55, y dice textualmente:

«Amazón está trabajando con un sistema que le permitirá enviar con un dron un libro a las pocas horas de que su cliente lo haya pedido. Si este sistema triunfa, tendremos los libros más de prisa en casa, pero se resentirá toda la cadena de distribución.»

Así las cosas, la librería –tal como la hemos conocido— tiene todas las trazas de que «la barra el viento de la historia». De hecho está siendo desplazada a marchas forzadas por las grandes superficies de libros. Las pocas veces que las he visitado he salido con la cabeza como un timbal. Si preguntas por un libro, te indican administrativamente en qué sección se encuentra y poca cosa más. Luego tienes un problema: encontrar la sección.  ¿Con quién hablas? Se ignora. En cierta ocasión el dependiente confundió a Ian Gibson (preguntaba por la biografía de García Lorca) con el actor Mel Gibson; no cuento otros desaciertos porque se me pone la cara colorá.  

Ahora bien, ahí está el hecho tecnológico que, en el caso de Amazón, no ha hecho más que empezar. Y si la vieja intermediación que es la librería de toda la vida desaparece habrá que hacerse a la idea de que un dron llame a tu puerta.

En todo caso, esta es una cosa que desafía también al sindicato: el hecho tecnológico como elemento central de un paradigma, radicalmente nuevo, que no solo zarandea abruptamente el ecocentro de trabajo sino que llama a tu puerta con un libro bajo el brazo. Por lo demás, todas las librerías que he citado arriba o han desaparecido o han hecho una excursión hacia la periferia de la city. Con la excepción de La Llopa de Calella. Con sus empleados todavía puedo pegar la hebra hablando de literatura y de sus novedades. En cambio, poco –más bien nada--  podría decirle al dron, ni siquiera invitarle a un café.
  


miércoles, 25 de marzo de 2015

Un cáncer en las elecciones andaluzas




Carlos Arenas arranca sus Reflexiones encadenadas en relación al 22 M, analizando los comicios andaluces  (https://encampoabierto.wordpress.com/2015/03/24/reflexiones-encadenadas-en-relacion-al-22-m/) con los niveles de abstención:  el 36% de los votantes andaluces no ha votado –9 puntos más que en las elecciones autonómicas de 2008-- y casi el 3% por ciento lo ha hecho en blanco o nulo. Estamos, una vez más, ante el cáncer de la abstención.

Hace bien don Carlos, doctor en Historia, en recordarlo porque todavía es hora de que alguien solvente nos traiga a mano tan importante dato, especialmente quienes  esperaban una participación electoral fuera de serie. Lo cierto es que dicha participación ha subido un modestísimo 3 por ciento.

Yendo por lo derecho: también en estas elecciones, en un contexto de gran tensión política, de movilizaciones sociales y de notables expectativas, una gran cantidad de ciudadanos no han acudido a las urnas. Una enorme masa que les ha dicho «no nos representan» a todas las candidaturas. ¿Se puede hablar de nihilismo de masas? Pues claro que sí, y no sólo a las fuerzas tradicionales sino también a las emergentes.

Una primera conclusión provisional: el nivel de participación política todavía no es suficiente. Mejor dicho: es insuficiente para hacer cambiar las políticas de regeneración democrática y alternatividad a las derechas. Lo que, hablando en plata, quiere decir que el malestar social, expresado en las calles, de un lado, no es suficiente y, de otro lado, lo que se mueve en ese terreno no se traduce en alternatividad política clara.

Hay algo más: la unidad social en el ejercicio del conflicto está acompañada de la dispersión política de quienes ejercen el conflicto. No sólo en la dispersión política sino en el enfrentamiento político de quienes se atribuyen ser el cambio, bien en solitario o bien acompañando a los partidarios de ese cambio.  Ciertamente siempre fue muy complicado que la política –me refiero a las izquierdas-- fuera un agente eficaz de intermediación de las reivindicaciones sociales. Máxime si las formaciones de izquierda compiten entre sí de manera desaforada por el monopolio de la representación del conflicto. De modo que el estilo unitario de la movilización social choca abruptamente con el método de confrontación de la competición política. Con lo que lo que ocurre en realidad es que se consoliden las líneas paralelas entre el conflicto social y el político sin encontrar momentos de encuentro.

Así las cosas, mayoritariamente el voto del conflicto social se ha redistribuido, ha pasado de unos caladeros a otros, dejando intacta la enorme bolsa del nihilismo abstencionista. De manera que el «no nos representan» es más profundo de lo que ingenuamente algunos creían.


Quién sabe qué proyección tendrá este problema en el curso electoral de este año, pero lo más seguro es que si no se corrige inmediatamente  el tipo de relaciones entre los que se atribuyen –con o sin razón--  el protagonismo del cambio, los resultados no serán tan satisfactorios como piensan los que repican las campanas llamando a una fiesta que está por ver.  

miércoles, 18 de marzo de 2015

Que no, que no veo la «coalición social»



Tres amigos en Lyon: Jeanmaud, Baylos y Pérez Rey


    Mi querido amigo Paco Rodríguez de Lecea me atribuye una «cautela» a la hora de opinar sobre Maurizio Landini y la coalición social que él mismo preconiza. Así lo dice en «COALICIÓN SOCIAL» Y CAMBIO DE BASE, comentando mi escrito La «coalición social»: ¿qué es eso? (1)

No, lo mío no es cautela; es que no estoy de acuerdo. Creí haberlo dejado claro. Lo diré otra vez: no es cautela sino ninguna amistad hacia el proyecto tal como lo ha planteado Landini.

Dicho lo cual quiero dejar claro los siguientes aspectos: nada tengo en contra de que la izquierda política pruebe, tantee, experimente nuevas formas así en Italia como en cualquier otro punto. Más todavía, todo ello le es exigible. Me remito a mis modestos escritos que, en este mismo blog, he publicado.  Ahora bien,  no me parece conveniente mezclar la ropa sindical con la ropa política en la misma colada de la lavadora.

He defendido desde siempre la independencia de los sujetos políticos y de los sindicales respectivamente: de los unos con los otros, y de los otros con los unos. Lo que puede comportar que, desde la personalidad de cada uno de ellos, se llegue a acuerdos en torno a reivindicaciones comunes. Pero el sindicato, al menos el europeo, no puede ser el sujeto que supla las carencias de la política. Y esto es a lo que conduce el planteamiento de Landini que, en toda esa operación, aparece como el más destacado dirigente y, diríamos, como padre fundador.

Entiendo, además, que si la CGIL entrara en esa vía la unidad social de masas se resquebrajaría porque nadie sabría si está representado por un sujeto político o por un sujeto social. Y, sobre todo, dicha operación –tal como está concebida--  sería otro lastre añadido para articular un proyecto unitario con la CSIL y la UIL, los otros grandes sindicatos italianos. Sería chocante que se abriera una coalición social dividiendo al sindicalismo confederal.

Ahora estamos ante algunas novedades: aunque tarde, Susanna Camusso (y el grupo dirigente de la CGIL) ha hablado claro. No vamos por ahí, le han dicho cortésmente a Landini.  Esta tardanza en hablar claro, en salir del don tancredismo  ha podido embrollar el asunto. Por cierto, más chocante todavía sería que Landini insistiera en la coalición abriendo una grieta en la CGIL, su casa madre.

Concretando: nada impide que se haga esa coalición social. Si Landini quiere liderarla, ¡miel sobre hojuelas!. Pero debería dejar la dirección de la FIOM. Estar en misa y repicando es mala cosa.  Mucho celebraré que se abra paso esa coalición, con o sin Landini.  


 

(1) «COALICIÓN SOCIAL» Y CAMBIO DE BASE

      La «coalición social»: ¿qué es eso?

 

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domingo, 15 de marzo de 2015

La banca y el blanqueo de capitales




¿Exactamente cómo gestiona sus prerrogativas y responsabilidades el Banco de España? Da la impresión de que reinciden en estar a la luna de Valencia. En la época de Miguel A. Fernández Ordóñez fue a remolque de todo, excepto en su montaraz actitud de recomendar demoliciones y derribos sociales. Ahora con Linde mantiene algunas de sus más viejas tradiciones de mirar hacia los sitios más irrelevantes.

La pregunta que nos hacemos es: la intervención del Banco Madrid, vinculado a a la Banca Privada de  Andorra,  ha llegado a rebujo de la notificación de los americanos sobre actividades de (presuntas) actividades de blanqueo de capitales de dicha banca andorrana. Hasta ese momento el Banco de España estaba en la inopia. ¿Estaba Linde al corriente de tales negocios o sus dirigentes, distraídos, jugaban a la rayuela cantando «el patio de mi casa es particular». Está claro que en ambos casos merece algo más que un juicio severo. Y que para mayor concreción no cuesta trabajo alguno decir que Linde y los suyos se han pasado el in vigilando por la cruz de los pantalones.

Y qué decir de la tortícolis del gobierno, empezando por de Guindos y Montoro. Más todavía, ¿a qué fue exactamente Rajoy hace unas semanas al Principado de los valles y de qué habló con las autoridades andorranas? No tardaremos mucho en saberlo. Lo sí sabemos es que de Guindos sólo está preocupado por retorcerle el pescuezo a las autoridades griegas; Montoro busca que busca por los rincones al pobretariado de los autónomos; y Rajoy haciendo los penúltimos esfuerzos para paliar el vendaval que se le viene encima. 

Y en medio de esa batahola los tres citados, junto a Linde, devanándose los sesos acerca del magnífico resultado de Comisiones Obreras en las recientes elecciones sindicales del sector financiero.   


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sábado, 14 de marzo de 2015

Podemos y la reforma laboral



En diversas ocasiones el PSOE ha reafirmado su propuesta de eliminar la reforma laboral en el caso de que gane las elecciones generales. Lo más seguro es que lo haga por la vía de una novación legislativa del Estatuto de los Trabajadores. Yo lo iremos viendo. Lo que verdaderamente chocante es que Podemos sobre ese particular todavía no ha dicho nada. Por supuesto, rectificaré con mucho gusto si no es así.

Parto de dos premisas: Podemos tiene suficiente información sobre el carácter de la reforma laboral y los estropicios que está causando en toda la geografía humana del trabajo asalariado. No voy a extenderme en ello por ser suficientemente conocido y denunciado.

Ahora bien, Podemos no nos ha ofrecido todavía un discurso sobre la relación entre reforma laboral y poder dentro y fuera del ecocentro de trabajo; entre reforma laboral y empleo, a pesar de los numerosos estudios de sociólogos y analistas laborales; y entre el «coste de oportunidad» que se acumula manteniendo la reforma laboral. En definitiva, entre reforma laboral rocosa y el centro de trabajo que, tras la reforma, se ha hecho más «líquido», si hemos de atenernos a la expresión de Zigmunt Bauman, que realmente se orienta a un centro de trabajo gaseosamente tóxico. Y, sobre todo, Podemos conoce perfectamente lo que ha dejado escrito Bauman: «la desigualdad de poder es la madre de todas las desigualdades» (Daños colaterales, desigualdades sociales en la era global, Fondo de Cultura Económica, 2011, página 61). Y ¿qué mayor desigualdad de poder que la establecida por la reforma laboral?


Por lo demás, a Podemos le es exigible –porque ha declarado que va a por todas, esto es, que aspira a gobernar--  salir de ese déficit de proyecto: decir públicamente qué se propone sobre tan relevante cuestión.  Y, comoquiera que el asunto se lo merece, estaremos dando la tabarra hasta que veamos alguna señal.


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viernes, 13 de marzo de 2015

La política catalana y el asno de Buridán




Dos alcaldes catalanes convergentes –de Mataró y Figueras-- han pedido que Josep Anton Duran i Lleida no encabece el cartel electoral de CiU de las próximas elecciones generales,  dada su postura contraria a cómo se está llevando en Cataluña el llamado procés. O los primeros ediles de ambas ciudades actúan por libre o es un “encargo” de alguien con mando en plaza. No hace falta ser becario de primero de Fernán Gómez para entender que, en ese guiñol,  la declaración de los munícipes convergentes tiene los siguientes objetivos.

Primero. Es un potente aviso dirigido a Duran: o enmiendas la plana o pon tu alma en manos de Jesucristo, Nuestro Señor.

Segundo. Es, además, un mensaje a los sectores tibios de Convergencia democrática de Cataluña (el partido de Artur Mas) para que no se anden con paños calientes con relación a la independencia de Cataluña.

Tercero. Lo es, en menor medida, a Rajoy: te vas a quedar todavía más solo en Cataluña.

Como es natural, el Gotha de Uniò democrática de Cataluña (el partido de Duran) no ha tardado en poner el grito en el cielo. Y sin coger carrerilla han puesto de chupa de dómine a ambos ediles y a quines, directa o indirectamente, les apoyen. Todo un quebradero de cabeza para el “astuto” Artur Mas antes de que el asunto vaya a mayores. Ahora bien, ¿de qué «mayores» se trata?

Antes de establecer alguna hipótesis medianamente plausible habrá que valorar el fracaso de Duran: intentó, a finales de verano, poner en marcha una operación política orientada a estructurar un movimiento de personalidades centristas no soberanistas. Hasta donde sabemos el elenco no llega ni a cuatro y el cabo. Al mismo énfasis que se puso en organizar ese movimiento le corresponde el silencio por sus resultados.

Por otra parte, Mas y sus parciales saben (al igual que Duran) que en caso de darse una ruptura  en la coalición se producirá una fuga de demócrata--cristianos hacia   los abrevaderos de Convergencia y sus franquicias.  Pero de igual manera, todos son sabedores de que, si hay ruptura, el descalabro electoral de Convergencia está más que cantado con el beneficio subsiguiente de Esquerra republicana.  Ese es el problema de Artur Mas que, a fuer de astuto, puede devenir en asno de Buridán.

En resumidas cuentas, falta mucho pescado por vender en los mercados de Cataluña.  Y como diría el famoso inglés: «Nada está escrito en las estrellas». Todavía, a lo largo de este año, veremos muchas idas y venidas, muchas vueltas y revueltas. Pues de hecho nunca ha habido tantas variables en liza como ahora. Ya queda poco: las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina; algunos indicios nos darán, digo yo.    


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miércoles, 11 de marzo de 2015

«¿España sin Cataluña?»




La caótica –y, a veces, esperpéntica— historia del periodo comprendido entre los días 11 de Septiembre y el 9 N (la gran manifestación barcelonesa y el día de la consulta) ha sido relatado periodísticamente por Joan Tapia en su libro ¿España sin Cataluña? crónica personal  de sesenta días de discordia: del Once de Septiembre al 9--N (Península, 2015).  Nuestro autor  es una persona moderada como lo demuestra su biografía, cuyo punto más relevante es haber dirigido La Vanguardia.  La obra en cuestión está escrita a modo de diario personal, y de manera sabia relata los acontecimientos de todas y cada una de las jornadas, principalmente los catalanes dentro del contexto de todo el Estado y de Europa.

El autor nos dice en el prólogo que se propuso escribir cada jornada por la noche y sin cambiar nada a posteriori. No me cuesta ningún trabajo creerlo. De manera que no hay motivo alguno para pensar que nos ha dado gato por liebre. A buen seguro que Joan Tapia se ha ganado las iras de los romanos y los cartagineses, porque aparecen descabezados  todos los títeres de ese guiñol: unos por su quiero y no puedo, otros por ni puedo ni quiero.

Vale la pena leer a Joan Tapia. Seguro que su libro será un referente para futuras investigaciones. Por lo demás, no tiene nada de particular que haya suscitado muy pocas recensiones o comentarios de los medios de allende y aquende el río Ebro. Es natural, a nadie le gusta que le señalen que sus calzoncillos están llenos de palominos.

No hace falta que diga que esto no es un anuncio publicitario. Es más, mis buenos 17 euros me ha costado. Claro, sisándolos en casa.  

Radio Parapanda.--  MUJERES FUERTES EN LA IZQUIERDA

Parapanda insurgente en http://ferisla.blogspot.com.es/

martes, 10 de marzo de 2015

MANUELA CARMENA Y PODEMOS POR MADRID



En la batalla por las municipales en Madrid ha irrumpido Manola Carmena en la lista por Podemos. La biografía de esta gran dama de la izquierda es sobradamente conocida. Siendo ella muy mocita venía con la crema de los abogados –Josep Solé Barberà, Agustí de Semir, Albert Fina, Montserrat Avilés… -- a visitarnos a los presos en la Cárcel Modelo de Barcelona. Manola era la abogada de Ángel Rozas, legendario fundador de Comisiones Obreras.  También ha sido una de las grandes abogadas laboralistas. Y más tarde Magistrado, una gran Magistrada. En fin, toda una vida dedicada apasionadamente al mundo del Derecho y la democracia.   

No hace falta ser un lince para intuir que la «batalla por Madrid» será apasionante. Desde luego mucho tendrán que esforzarse los candidatos de otras formaciones para la alcaldía de Madrid, empezando por la señora Condesa consorte de Bornos, doña Esperanza Aguirre. Por otra parte, esta importante noticia nos propone algunas reflexiones.

Primero, la inteligente opción de Podemos a la hora de proponer una candidata independiente frente al dogma de que sólo en el interior de los partidos está la salvación. Segundo, el espíritu de servicio público de esas personas que, tras un cursus honorum brillante –como también es el caso del profesor Gabilondo--  no optan por la descansada vida de quien «huye del mundanal ruido» y se mete de lleno en la vorágine de la política, tal vez porque están hasta el cielo de la boca del fangal en el que se ha convertido la cosa pública. En todo caso, estoy por apostar que está garantizada una intensa actividad participativa hasta el día de las elecciones.

Y como hipótesis cabría añadir: ¿no será que todo este proceso –el que se va a desarrollar durante todo este año--  que va a tensionar a la sociedad puede representar cambios culturales en la sociedad? Si es así, desde Madrid, el testimonio de Manola Carmena, entre otras más personas, sería importante: el de la civilidad democrática frente a la más rancia chabacanería; el de la honestidad frente al fango  de la España «de charanga y pandereta».


Radio Parapanda.--  VIEJA Y NUEVA POLÍTICA



domingo, 8 de marzo de 2015

Podemos y el hombre más poderoso del mercado




Nota. Este blog se une al celebrado homenaje al amigo Gianni Bombaci.


Es conveniente leer las páginas del suplemento sepia de El País. Es una recomendación que hago a los sindicalistas pues su información puede servirle para sus quehaceres. En esta ocasión, en el suplemento de este domingo, aparece un artículo sobre “el hombre más poderoso del mercado”, Larry Fink. Este caballero dirige la Black Rock, la mayor gestora de fondos del mundo con unos 4,2 billones de activos (con b de Barbate). Con la misma intención descriptiva que el periódico le decimos al lector que el caballero cobra 24 millones de dólares al año y –se supone--  que no pasa agobios. Pero, por si las moscas, cuenta con una participación en la empresa del orden de 420 millones de dólares. Añadamos, además, otro dato significativo a la biografía del caballero: en el año 2011 firmó un contrato con el gobierno griego en calidad de asesoramiento económico. Nos abstenemos de hacer comentarios porque, precisamente ahora, estamos en horario infantil

En todo caso, no es por estos datos por lo que es noticia.

La noticia es las opiniones que da sobre el proceso electoral español de todo este año y  su referencia explícita a Podemos. Y para recordarnos que tiene bastón de mando declara:

                
«Si gana Podemos puede haber un cambio en el sentimiento del mercado lo que significaría una subida de la prima de riesgo»


Chocante, porque no sabíamos que el mercado tuviera «sentimiento». Pero dejemos las cosas ahí; respetemos el sobrevenido sentimiento poético de este caballero: nada impide que los ricos sean poetas o incluso filósofos. En todo caso, barrunto que don Larry ha dado el pistoletazo de salida para meter jindama en el “sentimiento” popular a la hora de las votaciones. Lo que indicaría el canguelo de sus cofrades y, por supuesto, de Mariano: sí, ese hombre que va donde le llevan.


Ahora bien, dejemos las cosas claras: don Larry y los suyos cumplen, para nuestra desgracia, con su obligación que no es otra que la defensa cerrada de sus intereses. Y lo hace desde una atalaya global. El problema está en si nosotros –la izquierda social y política-- somos capaces de dejar de ser parroquianos de aldea, sujetos de campanario.  En caso de no hacerlo, las reclamaciones deben dirigirse al Maestro armero. 

sábado, 7 de marzo de 2015

Sindicato, renovación y viento de la historia




Ignacio Fernández Toxo lleva tiempo exigiendo que la organización que dirige, Comisiones Obreras, dé un salto hacia delante y proceda a su renovación. Su argumentación en el máximo organismo de la casa, el Consejo confederal, ha alcanzado el clímax. «O Comisiones Obreras se reinventa o se la lleva el viento de la historia», ha declarado de manera rotunda. Poca broma con lo que ha manifestado. ¿Habrá que insistir mucho para que se tome conciencia de lo que ha expresado el secretario general de CC.OO.?

De entrada, su tesonero planteamiento ha llevado a la elaboración y aprobación de un Código ético que regula el funcionamiento interno (1). A mi juicio es un significativo avance que es preciso valorar sin ningún tipo de ambages. Más todavía, el discurso de Toxo se concreta ahora en un paso adelante estableciendo un vínculo visible entre la ética de los instrumentos y medios con la de los fines y objetivos. Por lo demás, es destacable la rapidez con la que el sindicato ha abordado una situación delicada como las últimas coplas en las que se ha visto envuelto. Sin duda es un (acertado) primer paso. Del coraje del mismo Toxo y de todo el grupo dirigente depende ahora la continuidad de ese camino emprendido.

Ahora bien, lo que se ha aprobado en Madrid no es exactamente una reinvención o renovación del sindicato. Es una racionalización de lo que hay en toda la regla. Lo que no es poca cosa: son unas normas obligatorias y obligantes para toda la confederación. En todo caso, una cosa parece clara: tras la resolución de Madrid es indicativa de que existe un clima renovador, que enlaza la racionalización ya aprobada con un proyecto de renovación integral del sindicato. Alerto, por lo demás, que no podemos estar sin definirlo concretamente durante mucho tiempo. No sea que los acontecimientos viajen a mil por hora y nosotros lo hagamos en las nobles –aunque ya ineficaces--  tartanas de antaño.  Más todavía, seamos consecuentes con el argumento que exige dicha renovación, que ha formulado el mismo Toxo: «No podemos seguir haciendo lo mismo para conseguir los mismos resultados». Porque podría ser que haciendo lo mismo consigamos peores resultados o ningún resultado. En resumidas cuentas, lo que plantea Toxo no parecen ser obras menores, ni –menos todavía--  una mano de pintura.  Ánimo, pues.





Debate sindical

Isidor Boix:  A vueltas con el PROCESO SINDICAL CONSTITUYENTE

Antonio Baylos: REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO DE HUELGA

Isidor Boix / JLLB:  Hacia un Congreso Sindical Constituyente CONGRESO SINDICAL CONSTITUYENTE

JLLB. El valor del Congreso Sindical Constituyente; el mérito de un proceso

Paco Rodríguez: SINDICATO, SOLIDARIDAD, VISIBILIDAD

Francisco J. Trillo:  Representando a los trabajadores: ¿qué trabajo, qué trabajadores?

Jaime Cerezo. ¿DÓNDE ESTÁ EL SINDICATO? RÉPLICA PARCIAL Y DESORDENADA

Antonio Baylos: NO VEMOS NI OIMOS A LOS SINDICATOS

Quim González:  No hay sindicato sin emoción de la militancia

Isidor Boix:  (2) DEBATE SINDICAL PARA SABER DÓNDE ESTAMOS, DE DÓNDE PARTIMOS

Javier Aristu:  El sindicato y el nuevo proyecto social

Paco Rodríguez: A VUELTAS CON LOS SINDICATOS

Ramón Alós: A PROPÓSITO DEL DESCONCIERTO DE LOS SINDICATOS

Soledad Gallego-Diaz: Ni se les ve ni se les oye

Paco Rodríguez:  HABLEMOS DE LA AFILIACIÓN SINDICAL

JLLB: SINDICATOS Y EL MONOPOLIO DE LA NEGOCIACIÓN

Magdalena Nogueira y otros: Sindicatos: De la concertación (social) al desconcierto (general)

Quim González: ¿TIENE CABIDA EL SINDICALISMO EN LA EMPRESA ABIERTA?

JLLB: LA PARÁBOLA DEL SINDICATO 



lunes, 2 de marzo de 2015

Al habla con Gerardo Iglesias (2ª parte)



Nota.-- Esta entrevista conversación es la continuidad de   http://lopezbulla.blogspot.com.es/2015/02/una-exclusiva-de-gerardo-iglesias-para.html.  Con esta segunda entrega se da por finalizada la intervención de Gerardo Iglesias. El buen porte y los buenos modales de la cibercortesía expresan que debe citarse, en el caso de que se publiquen (cosa que deseamos) en otros blogs y revistas, la procedencia de esta exclusiva. 

López Bulla.— Salvando las distancias de época te pregunto a ti, que fuiste el inspirador principal de la emergencia que supuso en su día Izquierda Unida ¿qué diferencia el surgimiento de esa organización y la emergencia de las nuevas organizaciones como Podemos, Gaunyem y otras de nuevo estilo?

Gerardo Iglesias.-- La principal diferencia es que estas nuevas organizaciones emergen al calor de potentes movimientos sociales rupturistas, sin estar condicionadas por la cultura de los partidos tradicionales,  mientras que Izquierda Unida llegaba de la mano del PCE, y ese vínculo cultural se convertía en una rémora que no le permitió despegarse de la práctica política tradicional y ajustar el discurso a una nueva realidad que presentaba ya entonces imponentes novedades. Como ejemplo de lo que digo tenemos lo que está ocurriendo en Izquierda Unida-Madrid, casi treinta años después: la cultura tradicional se resiste a la renovación, incluso cuando el Partido como organización está a favor de ella. 

Es cierto que Izquierda Unida tuvo como impulsor un gran movimiento social que se oponía a la entrada de España en la OTAN, pero a diferencia de los movimientos recientes que cuestionan el sistema político, aquel movimiento cuestionaba básicamente una decisión del gobierno de Felipe González. En todo caso, Izquierda Unida no se nutría sustancialmente de los activistas sin vinculación política que fueron protagonistas del movimiento anti-OTAN; Izquierda Unida integraba algunos independientes, miembros procedentes del PSOE y a otros pequeños grupos políticos, pero en su conjunto no eran expresión de lo nuevo que estaba surgiendo. 

López Bulla.— De todas formas, no pocas cosas que se están diciendo ahora por esas fuerzas emergentes tú las dejaste indicadas en la declaración de intenciones de Izquierda Unida y en tus discursos. Lo recuerdo perfectamente.  

Gerardo Iglesias.--  A pesar de que el nacimiento de Izquierda Unida se remonta casi treinta años atrás, en los análisis que fundamentaban su creación -y que pueden leerse, porque  están escritos-, se constataba el agotamiento de los partidos políticos tradicionales, y la emergencia de nuevas fuerzas determinadas por la revolución científico-técnica, llamadas a irrumpir en la vida política con sus nuevas ideas. Se subrayaba que en unas sociedades que se habían vuelto muy complejas, los partidos políticos ya no podían pretender totalizar la acción política, que había que compartirla con otros sujetos sociales, respetando su autonomía y no intentando instrumentalizarlos.  Se veía ya el importantísimo papel que estaban llamados a jugar los imparables avances de la informática en el ensanchamiento de la participación democrática y, por ende, en el mejoramiento de la calidad de la democracia. Naturalmente, se cuestionaba el sistema bipartidista. Se planteaba la necesidad de reformular un nuevo discurso político de la izquierda, acorde con las nuevas realidades, entre ellas, que las fronteras ideológicas ya no estaban tan delimitadas como en el pasado, debido a las transformaciones que se estaban produciendo en una base social potencialmente progresista y de izquierdas, por lo que la confrontación ideológica con las fuerzas conservadoras  y los intereses que representan, había que librarla tomando como arma principal las propuestas programáticas y la organización y movilización de la sociedad civil, y no respondiendo con verdades filosóficas supuestamente "imperecederas". De esa manera se facilitaría la "política de convergencia", a la que invitábamos, con  diversas fuerzas, como única vía para articular una alternativa de cambio. Planteábamos la imperiosa necesidad de no permanecer encerrados en las instituciones y volcar la mayor parte de nuestras energías al trabajo con la sociedad. 

Entiendo que estos planteamientos, a pesar del tiempo que pasó de aquello, no difieren sustancialmente de lo que ahora plantean las nuevas organizaciones que irrumpen a la vida política. La cuestión es que éstas los están llevando a la práctica de manera exitosa, con todas las contradicciones y ambigüedades que se quiera, pero, por el momento, con sorprendente éxito. Izquierda Unida no pudo tirar entonces de aquel proyecto por lo que he dicho, y por lo que digo ahora de otra manera: Lo que quiso ser un proyecto estratégico, los más lo entendieron como una fórmula instrumental para sacar al PCE de la crisis en la que estaba inmerso. Y si bien es cierto que Izquierda Unida despertó ilusiones y experimentó un ascenso, principalmente en el periodo en el que estuvo al frente Julio Anguita, la ilusión se apagaba y del ascenso se pasó al retroceso, seguramente porque los nuevos potenciales apoyos  percibieron que el proyecto renovador se había esfumado y que Izquierda Unida dejaba de ser atractiva para nuevas fuerzas y nuevas ideas.

Me gustaría mucho que el nuevo discurso de Alberto Garzón llegue a tiempo para que Izquierda Unida pueda ofrecer una aportación importante a la articulación del proyecto alternativo que se va perfilando en la izquierda.

López Bulla.— Querido Gerardo, ha sido un placer conversar contigo. Te saludo, emocionado, desde Pineda de Marx donde tienes tu casa.





domingo, 1 de marzo de 2015

UNA EXCLUSIVA DE GERARDO IGLESIAS PARA METIENDO BULLA (1)



Gerardo Iglesias ha accedido a mantener una entrevista—conversación en este blog. Le agradecemos vivamente esta deferencia. Gerardo no necesita presentación alguna. Como se decía antiguamente la fama le precede. La buena fama, añadimos nosotros.
No queremos dejar pasar la ocasión de recordar la faceta de escritor de nuestro hombre, tanto como articulista como de autor de un libro magnífico: Por qué estorba la memoria, editado por Madera Noruega Editores.  Importa resaltar que Gerardo Iglesias, autodidacta, exhibe una prosa potente a la par que austera y elegante. Muy alejada del muermo de escritos políticos de la mayoría de los dirigentes de nuestro país.  

Este es un avance de la conversación que hacemos pública para atizar la curiosidad de quienes la lean. Iremos, pues, editando las sucesivas entregas y, tras la última, la volveremos a publicar in totoMetiendo bulla.  



López Bulla.--  Te agradezco, querido Gerardo, que hayas querido compartir unas cuantas horas para conversar sobre asuntos de gran envergadura. Estoy seguro que muchos de los lectores de Metiendo bulla tienen interés en conocer tus puntos de vista sobre una serie de cuestiones desde tu observatorio privilegiado de estar fuera del ring exasperado de la política. Permíteme la primera pregunta: ¿qué características nuevas observas en esta crisis que venimos padeciendo desde 2008 y qué relación ves entre ella y los acontecimientos políticos de estos últimos años?

Gerardo Iglesias.— Si hablamos de la crisis económica, que convive con otros factores de crisis del sistema político democrático (en nuestro país, crisis de régimen), resulta evidente que fue causada por las políticas especulativas del capitalismo financiero, a falta de una regulación que  pusiera freno a su insaciable apetencia por amasar dinero, desentendiéndose de las actividades productivas y de cualquier compromiso como servicio público, y ahondando en las prácticas más corruptas, tal como la utilización de los paraísos fiscales.

Los costes de las crisis económicas siempre los pagaron las clases populares más desfavorecidas. Lo característico de esta crisis, refiriéndose sobre todo a los países del Sur de la Eurozona, es que no sólo  la están pagando los de siempre a un precio altísimo, con medidas tan escarnecedoras como la inyección masiva de dinero público a los bancos ladrones, sino que los causantes de la crisis se han adueñado del poder político y de la soberanía de los pueblos, siendo ellos mismos los que prescriben las recetas para “salir” de la crisis, unas recetas que les siguen aportando pingües beneficios, mientras las desigualdades crecen escandalosamente. Así como suena.  ¿Para quienes si no trabaja “la troika”?. El Banco Central Europeo, que no es un banco central, sino un lobby de los grandes poderes  económico-financieros, al amparo de la moneda única maniobra para que los países más afectados por la crisis se traguen la amarga medicina. Ejemplo más reciente, lo que hace con Grecia y el Gobierno de Syriza. Esos poderes, que no se someten al veredicto de las urnas, han llegado a imponer ministros de economía de su cuerda en varios países de la Unión, caso de Italia, Grecia ¡y España!, pregúntense de dónde viene si no y a quién representa el ministro Guindos.

La evidencia misma y la gran mayoría de los expertos confirman que las recetas impuestas por la “troika” son lo más contraproducente para salir de la crisis. ¿Por qué entonces persisten en ellas?. Porque aprovechando la crisis que provocaron ellos pretenden, y lo están consiguiendo, llevar a cabo el proyecto de desmantelamiento de lo que se dio en llamar “estado del bienestar”, que en su día inició la Thatcher. En nuestro país no hace falta poner ejemplos al respecto, todo el mundo conoce en qué se están quedando los servicios sociales. Es más, en España asistimos a una catarata de contra-reformas, promovidas por el PP, que afectan gravemente a las libertades y a la calidad de la democracia. Se trata de un proceso de involución en toda regla.

¿Qué relación existe entre la crisis económica y los acontecimientos políticos de los últimos años, me preguntas?. Supongo que te refieres a los cambios que se están produciendo en el mapa electoral en varios países de Europa. Es verdad que no en todos los casos los cambios son del mismo signo, aunque todos tienen alguna relación con la crisis, no toda. Lo más sobresaliente y esperanzador es lo ocurrido en Grecia con el triunfo de Syriza, y la profunda recomposición de fuerzas que ya ha comenzado en España, promovida  por la emergencia de nuevos y potentes movimientos sociales, que son la base de la espectacular irrupción de Podemos a la vida política. Por el momento, la aparición de Podemos ya ha puesto en solfa el sistema político bipartidista diseñado en la Transición, y ha roto en cierta medida la impunidad sobre la que se asentaba la gran corrupción, generalizada e institucionalizada.

Es evidente que existe relación entre la crisis económica, sus efectos, y la aparición de estos fenómenos. Pero nos quedaríamos en una visión muy superficial si creyéramos que la irrupción de estas fuerzas sólo viene determinada por el cabreo social existente a causa de la política de recortes. Estas fuerzas emergentes tienen raíces más profundas, si bien los recortes han acelerado su eclosión. Supongo que para explicar las raíces profundas de estas fuerzas habrá otras preguntas.

López Bulla.--  Supones bien, Gerardo. Hay una idea muy extendida que entiende que «la irrupción de esas fuerzas sólo viene determinada por el cabreo social existente a causa de la política de recortes». Tú, por el contrario, entiendes que ello «tiene raíces más profundas». Cosa que comparto plenamente. Pues bien, ¿entiendes que entre tales raíces se encuentra la inadecuación de los partidos, de izquierda y derecha, a la hora de representar a la ciudadanía?  ¿esta inadecuación –si es este el caso— está referido al cambio de paradigma: crisis definitiva del modelo de producción fordista, crisis del Estado nacional, crisis de la democracia?

Gerardo Iglesias.-- Las nuevas fuerzas emergentes son, en parte, una respuesta a los partidos tradicionales que  ya no cumplen la función de canalizar las demandas sociales a los ámbitos donde se toman las decisiones políticas que afectan a los ciudadanos. Paradójicamente, mientras los grandes avances tecnológicos y particularmente la informática facilitan una mayor participación democrática y una mayor calidad de la democracia, los partidos tradicionales se han ido convirtiendo cada vez más en aparatos de propaganda, recluidos en las instituciones, distanciándose  de las gentes a las que dicen representar. En vez de utilizar los nuevos medios para facilitar una mayor participación social en las decisiones políticas, son utilizados para todo lo contrario: lanzar campañas publicitarias tendentes a subvertir y cercenar lo que piensa y demanda la gente. Las encuestas se han convertido en un arma importantísima para la vieja política. De ellas toman información sobre los estados de opinión, pero no para dar una respuesta positiva a los mismos, sino para desactivarlos con contracampañas publicitarias. Creen que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad para la gente. Pero esa técnica ya no cuela en las nuevas generaciones, que están más formadas e informadas; a pesar de la manipulación de  los grandes medios de comunicación, cuentan con nuevas herramientas, internet, las redes sociales, viajan por un mundo más interconectado... Y detestan esa trapacería de la vieja política. Ya no pueden soportar que Rajoy diga que casi no conoce a Bárcenas o que los Pujol se presenten como unas víctimas que poco menos que viven de la caridad. Presentan programas a las elecciones sabiendo que no van a cumplirlos, y cuando se acerca la siguiente consulta electoral reiteran promesas que nunca cumplieron, ni van a cumplir. ¡Y la gran corrupción!, de la que supongo hablaremos en otro momento. Particularmente en España, actualmente, la farsa del bipartidismo es insoportable; en lo fundamental, tanto monta, monta tanto..., lo demás, puro teatro. 

Se ha dicho hasta fechas recientes que a la juventud no le interesaba la política. ¡Vaya si le interesa!. El problema es que los jóvenes no tienen cabida en los viejos partidos, porque piensan con su propia cabeza, son portadores de nuevas ideas, no fabrican una realidad que no existe, la conocen porque nacieron y crecieron con ella, y no están dispuestos a dejarse manejar por los aparatos de los partidos que deciden todo. Los jóvenes de hoy son hijos de los cambios espectaculares que se han producido en nuestras sociedades, principalmente con la introducción de las nuevas tecnologías, y pugnan por cambiar la vieja manera de entender la política, como ha ocurrido en otros momentos de la historia. El movimiento obrero organizado, que irrumpe al calor de la revolución industrial, cambiaba el modo de ejercer la política, hasta entonces en manos de una oligarquía (grandes propietarios, curas y militares). El mundo de hoy es mucho más complejo, y está por ver cómo evolucionan las nuevas fuerzas que irrumpen a la vida política, para cambiarla. Pero, si hablamos de España, su presencia es bien visible, y la decadencia de los partidos tradicionales también. 

Tú mismo lo dices en la segunda pregunta; la aparición de esas nuevas fuerzas responde a un cambio de paradigma, de crisis de un modelo de producción capitalista, de desbordamiento de los proyectos enmarcados en los Estados nacionales, con globalización de los mercados y no de los derechos sociales, al contrario, su enorme poder viene a triturar las conquistas sociales que sucedieron en Europa a la II Guerra mundial, dejando en poco menos que papel mojado la democracia liberal. Los mercados, o sea las grandes corporaciones capitalistas, han provocado la enorme crisis que golpea bárbaramente a amplios sectores de la población, y ellos mismos están imponiendo su propio modelo de salida de la crisis. ¿De qué modelo se trata?. De un modelo de bajos salarios, de contratos basura, de desprotección social, de altas tasas de desempleo estructural, de gran crecimiento de las desigualdades, cargándose a las clases medias y arrojando al hambre y a la miseria a amplios sectores sociales, de vaciamiento del poder sindical... Y, paralelamente, se acude a la criminalización de las protestas sociales pacíficas, a partir de reformas regresivas de la legislación penal y de la promulgación de otras normas como la "ley mordaza" del Partido Popular. Todo esto y más ya lo tenemos en España.

López Bulla.--  Que, en parte, ha tenido su expresión en el debte sobre el “estado de la nación”.

Gerardo Iglesias.-- Exacto, en el reciente debate sobre el "estado de la nación", el presidente del Gobierno, en un ejercicio de trapacería parlamentaria al peor estilo, y con un triunfalismo que produce bochorno, ha afirmado una y ora vez que España estaba saliendo de la crisis sobre bases muy sólidas,  queriendo hacer creer que volveremos a la situación de 2007, ocultando que todas sus políticas regresivas llegaron para quedarse; ocultando que no estamos ante una crisis coyuntural, como otras, sino sistémica, como se dice ahora. Y haciendo oídos sordos al hecho de que el sistema político nacido en la Transición vive una crisis que afecta a todas las instituciones del Estado, incluida la propia democracia.

Solo se podrá revertir la situación a la que hemos llegado con un cambio del sistema político, que emane de un proceso constituyente. Y así y todo las cosas se presentan complicadas, dado el poder de los mercados, de los medios de comunicación a su servicio, y si no se logran cambios en la Unión Europea que la sustraigan de la subordinación a la Troika y a la apisonadora alemana.

Continuará…