domingo, 1 de marzo de 2015

UNA EXCLUSIVA DE GERARDO IGLESIAS PARA METIENDO BULLA (1)



Gerardo Iglesias ha accedido a mantener una entrevista—conversación en este blog. Le agradecemos vivamente esta deferencia. Gerardo no necesita presentación alguna. Como se decía antiguamente la fama le precede. La buena fama, añadimos nosotros.
No queremos dejar pasar la ocasión de recordar la faceta de escritor de nuestro hombre, tanto como articulista como de autor de un libro magnífico: Por qué estorba la memoria, editado por Madera Noruega Editores.  Importa resaltar que Gerardo Iglesias, autodidacta, exhibe una prosa potente a la par que austera y elegante. Muy alejada del muermo de escritos políticos de la mayoría de los dirigentes de nuestro país.  

Este es un avance de la conversación que hacemos pública para atizar la curiosidad de quienes la lean. Iremos, pues, editando las sucesivas entregas y, tras la última, la volveremos a publicar in totoMetiendo bulla.  



López Bulla.--  Te agradezco, querido Gerardo, que hayas querido compartir unas cuantas horas para conversar sobre asuntos de gran envergadura. Estoy seguro que muchos de los lectores de Metiendo bulla tienen interés en conocer tus puntos de vista sobre una serie de cuestiones desde tu observatorio privilegiado de estar fuera del ring exasperado de la política. Permíteme la primera pregunta: ¿qué características nuevas observas en esta crisis que venimos padeciendo desde 2008 y qué relación ves entre ella y los acontecimientos políticos de estos últimos años?

Gerardo Iglesias.— Si hablamos de la crisis económica, que convive con otros factores de crisis del sistema político democrático (en nuestro país, crisis de régimen), resulta evidente que fue causada por las políticas especulativas del capitalismo financiero, a falta de una regulación que  pusiera freno a su insaciable apetencia por amasar dinero, desentendiéndose de las actividades productivas y de cualquier compromiso como servicio público, y ahondando en las prácticas más corruptas, tal como la utilización de los paraísos fiscales.

Los costes de las crisis económicas siempre los pagaron las clases populares más desfavorecidas. Lo característico de esta crisis, refiriéndose sobre todo a los países del Sur de la Eurozona, es que no sólo  la están pagando los de siempre a un precio altísimo, con medidas tan escarnecedoras como la inyección masiva de dinero público a los bancos ladrones, sino que los causantes de la crisis se han adueñado del poder político y de la soberanía de los pueblos, siendo ellos mismos los que prescriben las recetas para “salir” de la crisis, unas recetas que les siguen aportando pingües beneficios, mientras las desigualdades crecen escandalosamente. Así como suena.  ¿Para quienes si no trabaja “la troika”?. El Banco Central Europeo, que no es un banco central, sino un lobby de los grandes poderes  económico-financieros, al amparo de la moneda única maniobra para que los países más afectados por la crisis se traguen la amarga medicina. Ejemplo más reciente, lo que hace con Grecia y el Gobierno de Syriza. Esos poderes, que no se someten al veredicto de las urnas, han llegado a imponer ministros de economía de su cuerda en varios países de la Unión, caso de Italia, Grecia ¡y España!, pregúntense de dónde viene si no y a quién representa el ministro Guindos.

La evidencia misma y la gran mayoría de los expertos confirman que las recetas impuestas por la “troika” son lo más contraproducente para salir de la crisis. ¿Por qué entonces persisten en ellas?. Porque aprovechando la crisis que provocaron ellos pretenden, y lo están consiguiendo, llevar a cabo el proyecto de desmantelamiento de lo que se dio en llamar “estado del bienestar”, que en su día inició la Thatcher. En nuestro país no hace falta poner ejemplos al respecto, todo el mundo conoce en qué se están quedando los servicios sociales. Es más, en España asistimos a una catarata de contra-reformas, promovidas por el PP, que afectan gravemente a las libertades y a la calidad de la democracia. Se trata de un proceso de involución en toda regla.

¿Qué relación existe entre la crisis económica y los acontecimientos políticos de los últimos años, me preguntas?. Supongo que te refieres a los cambios que se están produciendo en el mapa electoral en varios países de Europa. Es verdad que no en todos los casos los cambios son del mismo signo, aunque todos tienen alguna relación con la crisis, no toda. Lo más sobresaliente y esperanzador es lo ocurrido en Grecia con el triunfo de Syriza, y la profunda recomposición de fuerzas que ya ha comenzado en España, promovida  por la emergencia de nuevos y potentes movimientos sociales, que son la base de la espectacular irrupción de Podemos a la vida política. Por el momento, la aparición de Podemos ya ha puesto en solfa el sistema político bipartidista diseñado en la Transición, y ha roto en cierta medida la impunidad sobre la que se asentaba la gran corrupción, generalizada e institucionalizada.

Es evidente que existe relación entre la crisis económica, sus efectos, y la aparición de estos fenómenos. Pero nos quedaríamos en una visión muy superficial si creyéramos que la irrupción de estas fuerzas sólo viene determinada por el cabreo social existente a causa de la política de recortes. Estas fuerzas emergentes tienen raíces más profundas, si bien los recortes han acelerado su eclosión. Supongo que para explicar las raíces profundas de estas fuerzas habrá otras preguntas.

López Bulla.--  Supones bien, Gerardo. Hay una idea muy extendida que entiende que «la irrupción de esas fuerzas sólo viene determinada por el cabreo social existente a causa de la política de recortes». Tú, por el contrario, entiendes que ello «tiene raíces más profundas». Cosa que comparto plenamente. Pues bien, ¿entiendes que entre tales raíces se encuentra la inadecuación de los partidos, de izquierda y derecha, a la hora de representar a la ciudadanía?  ¿esta inadecuación –si es este el caso— está referido al cambio de paradigma: crisis definitiva del modelo de producción fordista, crisis del Estado nacional, crisis de la democracia?

Gerardo Iglesias.-- Las nuevas fuerzas emergentes son, en parte, una respuesta a los partidos tradicionales que  ya no cumplen la función de canalizar las demandas sociales a los ámbitos donde se toman las decisiones políticas que afectan a los ciudadanos. Paradójicamente, mientras los grandes avances tecnológicos y particularmente la informática facilitan una mayor participación democrática y una mayor calidad de la democracia, los partidos tradicionales se han ido convirtiendo cada vez más en aparatos de propaganda, recluidos en las instituciones, distanciándose  de las gentes a las que dicen representar. En vez de utilizar los nuevos medios para facilitar una mayor participación social en las decisiones políticas, son utilizados para todo lo contrario: lanzar campañas publicitarias tendentes a subvertir y cercenar lo que piensa y demanda la gente. Las encuestas se han convertido en un arma importantísima para la vieja política. De ellas toman información sobre los estados de opinión, pero no para dar una respuesta positiva a los mismos, sino para desactivarlos con contracampañas publicitarias. Creen que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad para la gente. Pero esa técnica ya no cuela en las nuevas generaciones, que están más formadas e informadas; a pesar de la manipulación de  los grandes medios de comunicación, cuentan con nuevas herramientas, internet, las redes sociales, viajan por un mundo más interconectado... Y detestan esa trapacería de la vieja política. Ya no pueden soportar que Rajoy diga que casi no conoce a Bárcenas o que los Pujol se presenten como unas víctimas que poco menos que viven de la caridad. Presentan programas a las elecciones sabiendo que no van a cumplirlos, y cuando se acerca la siguiente consulta electoral reiteran promesas que nunca cumplieron, ni van a cumplir. ¡Y la gran corrupción!, de la que supongo hablaremos en otro momento. Particularmente en España, actualmente, la farsa del bipartidismo es insoportable; en lo fundamental, tanto monta, monta tanto..., lo demás, puro teatro. 

Se ha dicho hasta fechas recientes que a la juventud no le interesaba la política. ¡Vaya si le interesa!. El problema es que los jóvenes no tienen cabida en los viejos partidos, porque piensan con su propia cabeza, son portadores de nuevas ideas, no fabrican una realidad que no existe, la conocen porque nacieron y crecieron con ella, y no están dispuestos a dejarse manejar por los aparatos de los partidos que deciden todo. Los jóvenes de hoy son hijos de los cambios espectaculares que se han producido en nuestras sociedades, principalmente con la introducción de las nuevas tecnologías, y pugnan por cambiar la vieja manera de entender la política, como ha ocurrido en otros momentos de la historia. El movimiento obrero organizado, que irrumpe al calor de la revolución industrial, cambiaba el modo de ejercer la política, hasta entonces en manos de una oligarquía (grandes propietarios, curas y militares). El mundo de hoy es mucho más complejo, y está por ver cómo evolucionan las nuevas fuerzas que irrumpen a la vida política, para cambiarla. Pero, si hablamos de España, su presencia es bien visible, y la decadencia de los partidos tradicionales también. 

Tú mismo lo dices en la segunda pregunta; la aparición de esas nuevas fuerzas responde a un cambio de paradigma, de crisis de un modelo de producción capitalista, de desbordamiento de los proyectos enmarcados en los Estados nacionales, con globalización de los mercados y no de los derechos sociales, al contrario, su enorme poder viene a triturar las conquistas sociales que sucedieron en Europa a la II Guerra mundial, dejando en poco menos que papel mojado la democracia liberal. Los mercados, o sea las grandes corporaciones capitalistas, han provocado la enorme crisis que golpea bárbaramente a amplios sectores de la población, y ellos mismos están imponiendo su propio modelo de salida de la crisis. ¿De qué modelo se trata?. De un modelo de bajos salarios, de contratos basura, de desprotección social, de altas tasas de desempleo estructural, de gran crecimiento de las desigualdades, cargándose a las clases medias y arrojando al hambre y a la miseria a amplios sectores sociales, de vaciamiento del poder sindical... Y, paralelamente, se acude a la criminalización de las protestas sociales pacíficas, a partir de reformas regresivas de la legislación penal y de la promulgación de otras normas como la "ley mordaza" del Partido Popular. Todo esto y más ya lo tenemos en España.

López Bulla.--  Que, en parte, ha tenido su expresión en el debte sobre el “estado de la nación”.

Gerardo Iglesias.-- Exacto, en el reciente debate sobre el "estado de la nación", el presidente del Gobierno, en un ejercicio de trapacería parlamentaria al peor estilo, y con un triunfalismo que produce bochorno, ha afirmado una y ora vez que España estaba saliendo de la crisis sobre bases muy sólidas,  queriendo hacer creer que volveremos a la situación de 2007, ocultando que todas sus políticas regresivas llegaron para quedarse; ocultando que no estamos ante una crisis coyuntural, como otras, sino sistémica, como se dice ahora. Y haciendo oídos sordos al hecho de que el sistema político nacido en la Transición vive una crisis que afecta a todas las instituciones del Estado, incluida la propia democracia.

Solo se podrá revertir la situación a la que hemos llegado con un cambio del sistema político, que emane de un proceso constituyente. Y así y todo las cosas se presentan complicadas, dado el poder de los mercados, de los medios de comunicación a su servicio, y si no se logran cambios en la Unión Europea que la sustraigan de la subordinación a la Troika y a la apisonadora alemana.

Continuará…


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