domingo, 28 de diciembre de 2014

UN PERSEGUIDOR DEL FRANQUISMO



Aprendí de mi maestro Ángel Rozas ver las cosas de otra manera. Recuerdo que, en más de una ocasión, preguntado por su condición de «perseguido por el franquismo», arqueó sus cejas, alzó la cabeza orgullosamente y, como quien no quiere la cosa, respondió: «Ah, no. De eso nada; yo perseguí al franquismo» (1).  O sea, Rozas –con largos años de cárcel a sus espaldas, palizas en Comisaría, exilio— leía su lucha no como un damnificado sino como un perseguidor de la injusticia, de la Dictadura. Desde luego, era una enseñanza singular que algunos aprendimos.

La manera de ser de Ángel estaba en las antípodas de esa izquierda quejumbrosa que, con sus pucheros lloricones, no transmite entusiasmo alguno para movilizar y, dicho con Rozas, perseguir todas las injusticias aquí y ahora.  Peor todavía, tal quejumbre conduce por lo general a la resignación paralizante, y del «no hay nada que hacer» se traslada al nihilismo. Lo chocante, por cierto, de la izquierda lloricona es que, entre suspiro y suspiro por lo que pudo ser y no es, no percibe –o percibe de manera insuficiente--  que hay millones de personas que han cogido una escoba y se afanan en barrer la pocilga.

El maestro Ángel Rozas no era un triunfalista. Denunciaba, persiguiendo implacablemente,  todo tipo de injusticias, y cuando veía una lucecita –por insignificante que fuera en apariencia--  nos decía «por ahí, por ahí, tirad por ahí». Y nunca se puso una mordaza porque, entonces, no habría podido chillar como convenía.

En cierta ocasión le dije al maestro que una vez le vi corriendo delante de los grises, que le perseguían. Me miró y –como si fuera de Santa Fe, capital de la Vega de Granada--  me responde con gravedad: «Es verdad, pero era para ver quién llegaba antes a la meta». Menudo era Ángel.     

De nuestro hombre ha dejado escrito Javier Tébar lo siguiente: "Llegó a Barcelona a los 14 años de edad. Fue militante de la HOAC a finales de los años 1940 y, posteriormente, se vinculó durante un breve periodo tiempo a grupos de la CNT. A partir de 1951, coincidiendo con el boicot ciudadano a los tranvías y la huelga general de marzo de 1951 en Barcelona, empezó con otros compañeros a autoorganizar grupos del PSUC, orientándose por Radio España Independiente, La Pirenaica, y sin tener aún contacto con la dirección de este partido clandestino. Esta peculiar forma de organización se mantuvo hasta 1954, cuando los grupos formados en diferentes fábricas y barrios barceloneses ingresaron en la estructura orgánica del PSUC. Entre 1954 y 1958 será el responsable de la construcción del PSUC de Barcelona.
En 1956, como militante del interior, participó en el I Congreso del PSUC, realizado en Francia. En 1958 fue detenido y encarcelado, por primera vez, a raíz de las huelgas de solidaridad con los obreros de Asturias que se realizaron en Barcelona. Y en mayo de 1960 fue detenido a raíz de la caída del comité local de Barcelona del PSUC y condenado en consejo de guerra a 3 años de prisión, que cumplió en el penal de Burgos, del que salió en libertad en enero de 1962.

En 1964 fue uno de los fundadores de la Comisión Obrera Central de Barcelona, en la reunión celebrada en la iglesia de Sant Medir, en el barrio de Sants. Esta actividad hizo que le detuvieran en febrero de 1965, con motivo de la convocatoria de manifestación por la entrega de nueve mil firmas reivindicando libertad sindical, derecho de huelga y derecho de reunión, que se querían hacer llegar a la delegación provincial de la CNS.

En 1966 fue detenido por su participación en una asamblea de CCOO en la Creu de Barberà en Sabadell, puesto en libertad posteriormente. Un mes más tarde volvió a ser detenido en Barcelona en una asamblea de trabajadores en el colegio La Salle de las Viviendas del Congreso, siendo puesto en libertad provisional al mes. El 27 de octubre de 1967 fue nuevamente detenido en una manifestación realizada frente al edificio de la central de Correos de Barcelona, y estuvo en la cárcel Modelo de Barcelona hasta abril de 1968 cuando salió en libertad provisional. En 1969, durante el estado de excepción implantado por el régimen, pasó a la clandestinidad hasta julio del mismo año, momento en que se exilió en Francia, donde permaneció hasta la transición democrática.

Fue cooptado para ser miembro del Comité Central del PSUC en otoño de 1968, y posteriormente ratificado en el III Congreso, en enero de 1973, el último que se realizó en la clandestinidad. Fue reelegido miembro del Comité Central del PSUC en los IV, V y VI Congresos del partido, celebrados, respectivamente, en octubre de 1977, en enero de 1981 y marzo de 1982. Era miembro de honor del Comité Central del PSUC.

En el terreno sindical en 1978 fue elegido miembro de la Comisión Obrera Nacional de Cataluña, como responsable de formación sindical, y posteriormente fue nombrado presidente de la Comisión de Garantías. En 1989 el presidente de la Generalidad le otorgó la Medalla al trabajo Presidente Macià. En 1997 el Gobierno Central, a propuesta del Ministro de Trabajo, el concedió la Medalla al Mérito en el Trabajo. Entre 1992 y 2009 fue presidente de la Fundación Cipriano García".  


(1)                        Ángel Rozas: ¿Perseguidos o perseguidores? http://www.revistalafactoria.eu/articulo.php?id=377 

Radio Parapanda.-- CABALLO DE TROYA


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