viernes, 4 de abril de 2014

Pídele cuentas al rey, pidámosle cuentas al rey




Escribe Helios López Roig


Uno de los episodios más difíciles para el PSOE fue la “Marcha Negra”, que tuvo su origen en la reconversión del sector de la minería por parte del gobierno “postsocialista” de Felipe González en 1992. Un año olímpico, cultural y expo-nencialmente deslumbrante acompañado con dosis de políticas estatales autoritarias. Esta forma de llevar el bastón de mando obligó cerrar diferentes pozos mineros con el consiguiente despido de sus trabajadores. Rápidamente se organizaron numerosas movilizaciones, algunas de ellas acabaron en cortes de carreteras, mano dura de las fuerzas antidisturbios contra los obreros, destrozos sobre todo en la zona de León que fue la más afectada. A todo ello se sumó el encierro – que duró 50 días – de ocho dirigentes sindicales en la mina del Pozo Calderón, exigiendo la devolución de todos los puestos de trabajo de sus compañeros.

La “Marcha Negra” fue organizada por los sindicatos mineros de Ponferrada y fue una marcha a pie de 500 trabajadores afectados por los recortes. Desde la localidad de Villablino (León) hasta el Ministerio de Industria en Madrid los mineros caminaron con mono de faena y casco. La convicción y la determinación del colectivo hizo que fuesen cosechando numerosos apoyos durante los días que duró una marcha que iniciaron el 8 de marzo – día internacional de la mujer trabajadora - y que terminó el 25 de marzo de 1992 con una gran manifestación en la capital que reunió a 15.000 personas.

Precisamente en esta movilización se basa la película “Pídele cuentas al rey” (1999), una tragicomedia social del director de cine José Antonio Quirós, que personaliza la acción en Fidel (Antonio Resines), un minero que acaba de ser despedido y que, amparándose en el punto 1 del artículo 35 de la Constitución Española que reconoce: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”, marcha con su familia desde Asturias hasta Madrid para hacérselo saber al Rey Juan Carlos I. En su camino se le irán uniendo un conjunto de personas que le apoyan en su causa.

La Corona es un órgano constitucional de nuestro Estado, la Presidencia de una República Democrática incuestionablemente también lo es. Pídele cuentas al rey, pidámosle cuentas al rey creo yo que puede formularse, elaborarse como una legítima demanda de los ciudadanos, de rendición exhaustiva de cuentas y resultados que el monarca de turno, como representante o símbolo de un órgano constitucional de un país democrático, debe estar obligado a trasladar a la ciudadanía. Los españoles tenemos el derecho a conocer y a verificar por completo y de forma permanente el estado de limpieza, resistencia, olor y transparencia del traje institucional unipersonal real-mente más caro de la democracia, no dejando tampoco de revisar ninguna costura o deshilachado. Así todo órgano constitucional está sometido a fiscalización y control democrático.

Por otro lado, los ciudadanos tenemos la capacidad de leer, dudar, averiguar, contrastar, comprobar y rebatir de forma libre e independiente cualquier argumento, idea, dato, hecho producido o cualquier hipótesis científica e histórica que se plantee o debata. En este sentido, segmentos de población importantes de este país han aceptado, compartido y estudiado una historia oficial que ha prestigiado el valor, el compromiso y el comportamiento impecablemente democrático de la Corona desde la transición hasta hoy. Actualmente la posición del PSOE aclara no albergar ninguna duda acerca de que el rey fue quien paró el intento golpista. La Corona, después de la muerte del dictador Francisco Franco en la cama, ha hecho siempre gala de asumir valores, ideas y actitudes “democráticas, leales y ejemplares” a su constitución, a su país. A los ciudadanos nos ha tocado verificar si los ideales que decía asumir y protagonizar dicha institución, vehiculados por los medios de comunicación públicos y privados, se han correspondido o no con el día a día de la realidad, si se han materializado o no de forma indudable con la existencia y la práctica de un currículum, de una trayectoria y de un ejercicio de “servicio público, democrático, leal, ejemplar y de prestigio”. Esta verificación ha sido distorsionada, oscurecida o ridiculizada con la finalidad de esconder, tapar y silenciar determinados hechos, favores, contraprestaciones y comportamientos por una determinada clase política, por unos determinados poderes fácticos muy bien anillados con la monarquía que han manejado hábilmente técnicas de propaganda para proteger y exaltar la figura del rey como una figura libre de polvo y paja pasara lo que pasara, hiciera lo que hiciera.

Después del famoso falso documental del periodista Jordi Évole sobre el 23-f, la fiesta del teniente coronel Antonio Tejero – hijo - en su cuartel militar, más tarde el fallecimiento de Adolfo Suárez, y luego entrevistada la periodista Pilar Urbano presentando públicamente su último libro se han reavivado especulaciones sobre el grado de conocimiento, participación e implicación del rey en el golpe de estado. En aras de la transparencia, es un primer paso que se signifiquen opciones políticas representadas en las instituciones que apoyen seriamente y hasta el final la petición de que se desclasifiquen los documentos sobre el armadazo-tejerazo. Que el sumario del 23-f se abra a la luz completamente. Ninguna pérdida, ocultamiento, destrucción y corte en cintas, conversaciones y grabaciones de imagen y sonido, ninguna amputación y tachadura en negro sobre el contenido de estos documentos. Cayo Lara pide que las conversaciones por teléfono que realizó el rey a los diferentes cuarteles de las regiones militares estén disponibles y se analicen. Paralelamente a esta presión política creo que seria conveniente y necesario organizar una gran Plataforma Ciudadana que promoviera una Iniciativa Legislativa Popular que recogiera firmas para que se abriera completamente el sumario judicial del 23-f y se desclasificara toda la información nacional e internacional secreta disponible al caso. Si se reabriera el sumario con valentía cabría la posibilidad de nuevas imputaciones, de nuevos  interrogatorios judiciales, de nuevos cargos y acusaciones. El golpe fue un acto ignominioso contra todo un pueblo. Querían resucitar a un nuevo Franco.


Radio Parapanda. DEFENSA (MATIZADA) DEL PARTIDO POLÍTICO (Paco Rodríguez de Lecea)



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