miércoles, 7 de agosto de 2013

LOS DELATORES DE ESA BÁÑEZ

El Clan de los Genoveses aplaude la medida de su Báñez: la delación secreta. El portavoz de Jueces para la Democracia, por el contrario, explica que roza la legalidad.

Se trata de una medida gravísima, con un explícito contenido de populismo justiciero que, de extenderse, nos llevaría a un Estado de delación. Una vuelta de  tuerca más del termidorismo rampante del gobierno que preside Mariano Rajoy, El Empecinado Chico: hacer de la ciudadanía una caterva de sicofantes, de soplones. (Es insoportable este hedor que viene de las sentinas del Ministerio de Trabajo).

Lo cierto es que esta Báñez tiene una idea bastante chocante de la justicia. Sobre ello el Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, don Miquel Falguera, versó en Diez acotaciones a unas manifestaciones de la Ministra de Empleo y Seguridad Social. No se corten y lean: «Dijo la Ministra en un acto en Bilbao en una reunión organizada por el Círculo de Empresarios”tengo más miedo a los jueces que a los hombres de negro”.  En dichas declaraciones no se estaba refiriendo a la querella interpuesta contra ella por el PSOE por revelación de secretos (al haber filtrado a la prensa desde su propio ordenador oficial los datos aportados por dicho partido en el proceso de despido colectivo en que actuaba como empresario) En realidad, lo que venía a decir es algo así como “esos jueces quieren cargarse mi magnífica reforma laboral”» (Es canónico decir fin de la cita).  A lo que, añade un servidor, no es ocioso recordar que dicha reforma fue redactada por un alumno aventajado de don PP de los Cobos, el chocante presidente del Tribunal Constitucional.

Ahora bien, dado el hartazgo de explicaciones de naturaleza política que se están dando al respecto, ¿no sería atinado volver la mirada a esa cofradía de moda, los psicólogos, que lo mismo planchan  un huevo que fríen una corbata para que nos expliquen a qué viene esto de la «ocurrencia Báñez?» Sea, vayamos al Olimpo de esta refitolera cofradía.

Podría tratarse –lo diría con cautela, naturalmente--  de una reedición de los usos y costumbres de la niña Báñez que, en el colegio de las monjas, era una acusica. «Madre, ha sido María del Amor Hermoso la que se tiró el peo durante la comunión».  Sin embargo, la muy cuca no se chiva de los asuntillos de su familia.


Apostilla. Por favor no se pierdan el artículo citado de don Miquel Falguera.  

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