viernes, 31 de mayo de 2013

EL ATAQUE A LAS PENSIONES Y LOS PODERES PARALELOS


Nota editorial. Los bomberos de Pamplona entregando un día de salario para las necesidades de los desempleados. 


La mayoría de la llamada Comisión de Sabios que ha elaborado el proyecto de contrarreforma de las pensiones habla con la voz engolada de las empresas de seguros y de las entidades financieras. No es una sospecha sino la constatación de dónde prestan o han prestado sus servicios estos «curanderos sociales»: así llamó la celebérrima   Beatrice Webb a este tipo de personas que hoy han adquirido la respetable categoría de expertos, algunos de ellos descendientes del maestro Liendre, que de todo sabe y de nada entiende. Aunque tal vez la cosa se remonte a Cicerón quien destempladamente dejó dicho aquello de «asinus asinum fricat» (un borrico que elogia a otro borrico), siendo el primero un curandero social y el segundo es el poder que encarga el dictamen. En todo caso se trata de una cofradía que es el eco de los poderes.  

En realidad estos poderes se han convertido en auténticos poderes paralelos que ya no se colocan de manera excéntrica con respecto al tradicional círculo parlamento – gobierno (y al margen de toda publicidad) sino en el corazón mismo de la política con unas decisiones que ya no son coyunturales sino de largo recorrido. La consecuencia fundamental es que los partidos  mayoritarios han perdido la capacidad de ser los representantes y canalizadores de la tensión social e incluso de la capacidad de realizar el «intercambio»  que permitía el funcionamiento del sistema de integración social y el gobierno político. De ahí que estos actores tradicionales (esos partidos mayoritarios) se han convertido en marginales con relación a las formas de conflictividad y las nuevas expectativas de amplísimas masas que antes se sentían, en mayor o menor grado, representados por dichos partidos. Hablando en plata: de la pérdida de representación de la izquierda mayoritaria, de un lado; y, de otro, la separación  entre los cada vez más debilitados centros de la representación política y los cada vez más robustos centros de los poderes.

Vamos a ver, precisamente en toda esta negra historia de la anunciada contrarreforma de las pensiones, de qué manera se comporta la oposición. Ya hemos dicho en Alerta: ataque brutal a las pensiones que el objetivo gubernamental es el cambio de metabolismo, esto es, que la Seguridad Social deje de ser un sistema solidario para convertirse en un sistema de capitalización. Y, así las cosas, las entidades financieras (vale decir, los poderes paralelos) puedan gestionar directamente (en clave de negocio)  esos ingentes recursos hasta ahora públicos sin controles democráticos. (Mientras tanto, y dentro de esa lógica, plantean medidas en esa dirección: bonificaciones fiscales a los fondos de pensiones). Precisamente por ello, una parte de la oposición (las derechas nacionalistas periféricas) harán lo que tradicionalmente han llevado a la práctica: aparentar que ponen el grito en el cielo par después negociar con el gobierno cuatro chucherías adobadas con algunos arreos espirituales, y a continuación –en el momento de la verdad--  doblar el espinazo (sarna con gusto no pica).

 

Esta es la oportunidad, pues, de que la izquierda se meta en harina. Mejor dicho: que la izquierda mayoritaria se meta en harina. Lo que, con cierta aproximación, querría decir lo que sigue: poner en marcha, junto a la izquierda activa, un recorrido conjunto de defensa del carácter público de las pensiones y decididamente contrario a las propuestas de los curanderos sociales. Por supuesto, junto a la presión del sindicalismo y el conjunto de los movimientos sociales que en ello se empeñen.      


Post scriptum.  Discrepo de algunos analistas que afirman que la economía le ha ganado la mano a la política. Yo veo las cosas de otra manera: la política instalada ha decidido servir peristálticamente los intereses de los altos grupos de presión económicos. Así pues, no se trata tanto de una usurpación de funciones como de la servidumbre de esos políticos hacia los poderosos.      

No hay comentarios: