miércoles, 24 de octubre de 2012

LA RENOVACIÓN DEL PSOE Y LA HUELGA GENERAL



Todavía es muy pronto para que el PSOE diga algo con cara y ojos sobre el descenso electoral en Galicia y Euskadi. Pero lo que han dicho hasta la presente destacados militantes socialistas tiene todas las trazas de pereza mental. Sin embargo, no faltan observaciones fuertes en torno a las características más relevantes de la praxis de la izquierda, que fundamentalmente parecen dirigidas al principal partido de la oposición española. Por ejemplo, las que venimos comentando al hilo del último libro de Josep Ramoneda (1).

No hace falta ser del PSOE para tener el derecho-deber de hablar de este partido. También no siendo del PSOE uno se siente concernido, directamente, por cómo es, qué es y qué quiere ser esta formación política. De ahí que analizar, criticar y sugerir -–dentro de las convenciones de un debate fuerte, incluso áspero, pero constructivo-  debería ser una obligación política de toda la izquierda. Naturalmente, empezando por los propios socialistas.

Entiendo, por ello, que la primera gran declaración que se ha hecho, desde la casa socialista, no tiene suficiente consistencia. Han dicho: estamos en un ciclo electoral negativo. Cosa tan evidente como si hubiera afirmado que “el río Guadalquivir pasa por Coria, pasa por Coria, Coria del Río”, como aseguraba una vieja copla andaluza. 

Pero, comoquiera que el batacazo electoral es reiterativo, voces autorizadas de la dirección de dicho partido han hablado de poner en marcha una “profunda renovación ideológica”. Sea, pero séame permitido un amable reproche: esta renovación parece necesaria cuando un cierto sentir del electorado da la espalda al PSOE, pero no cuando éste no capta ex ante qué siente el personal de carne y hueso. En todo caso, bienvenida esa, se dice, profunda renovación ideológica.

Ahora bien, los socialistas tienen un material de arranque: los textos aprobados en el Congreso del Partido Socialista Europeo, celebrado en Oporto en diciembre de 2006. Allí están algunas claves para subir la cuesta con alforjas, no definitivas pero sí, al menos, más convenientes. Si tiran de esa veta, dándole las oportunas manos de pintura, pueden ponerse al día. 

Por mi parte les doy una pista de por dónde empezar la reflexión. Premisa: la democracia liberal ha sido un equilibrio permanentemente inestable entre una aparente igualdad política y una real desigualdad económica. Ahora el orden del día del batallón neoliberal es quebrar toda parcela de igualdad política para consolidar y extender la desigualdad económica. A eso, entre otras cosas, responde la convocatoria de la huelga general para el 14 de Noviembre.

La referencia a esta huelga no es instrumental. Lo digo con claridad: intuyo que una parte considerable del voto perdido por el PSOE está pendiente de qué hará concretamente ese partido antes, durante y después del 14 N. De momento, Valeriano Gómez ha apoyado la huelga y ha dicho que "sobran razones en España y en Europa para hacerla".  Son palabras inequívocas las del ex Ministro de Trabajo socialista. Pero con ser importante la voz de este barítono nos falta saber qué dirá el coro. Y, especialmente, qué harán concretamente las sedes locales de dicha organización.  



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