miércoles, 18 de abril de 2012

LOS OJOS ESTRÁBICOS DE LA DERECHA CATALANA



Artur Mas reta a Rajoy a bajar los sueldos a los empleados públicos, dicen los periódicos de hoy. Lo que me motiva la siguiente entradilla.

En diversas ocasiones he tratado del cambio de metabolismo que se ha operado en la coalición de derechas Convergència i Unió (CiU): el tránsito que, para entendernos, va desde Jordi Pujol a Artur Mas. Esto es, del nacionalismo hacia el más puro neoliberalismo. Algunos conocidos y saludados  me acusan de caricaturizar esa situación. De acuerdo, porque en una caricatura los trazos gruesos de aquello que se pretende dibujar siempre están presentes. Así lo dejaron enseñado los grandes maestros desde los míticos Bagaría y Castelao a los actuales como, por ejemplo, Forges y El Roto.

No es que haya un nacimiento formal de la reconversión del nacionalismo catalán al neoliberalismo, pero sí podemos señalar un momento del que se ha hablado poco: la conferencia que el actual presidente de la Generalitat, en aquellos momentos en la oposición, pronunció en la London Schol of Economics (Londres, 2005) con el título  Catalonia, the new challenge (1). Donde están in nuce los gérmenes del abrazo aristocrático del nacionalismo y el neoliberalismo. Algo que no supieron detectar en su día los componentes del tripartito de izquierdas cuando gobernaban en Catalunya.

Por lo general existe la idea de que CiU fuerza al Partido popular a apoyar determinadas reformas –por ejemplo, la contralaboral— a cambio de ciertas partidas presupuestarias favorables a Catalunya. Esta idea es una verdad a medias. Artur Mas y Duran aprietan pero no ahogan. Pero siempre en la línea de planteamientos neoliberales desde posiciones indiferenciadas. Las derivas hacia el soberanismo convergente son de uso y consumo doméstico y en concreto para guiñar a la mesocracia de que “siguen siendo los de siempre”. Pero los ojos estrábicos de CiU también se dirigen a ciertos sectores de las izquierdas desnortadas: el premio internacional que le han concedido a Lula es razonado en clave de equiparación de lo que éste hizo en Brasil con las políticas económicas actuales del Gobierno catalán.

En resumidas cuentas, los ojos de Artur Mas giran ora a Rajoy de manera rotunda y vergozantemente hacia Lula.  Y siempre el caramelo tiene una pegatina con la montaña de Monserrat  y en su interior el contenido del Monte de Saint Pelerin. ¿Estás en lo que es?

  

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