miércoles, 29 de febrero de 2012

EN LA CALLE O EL FRENO DE EMERGENCIA




El éxito de las manifestaciones de la jornada es indiscutible. También de las huelgas  (especialmente en Castilla La Mancha) y manifestaciones en el sector de la Enseñanza con el profesorado y los estudiantes. Ante los datos sólo caben excusas de mal pagador o el tradicional escamoteo de las cifras.  

El “enemigo” –según la nomenkatura del madero que dirige la policía valenciana— ha vuelto a salir masivamente a las calles. Con más fuerza, incluso, que el día que lo hicieron las Cincuenta y siete ciudades. Visto lo visto podemos decir, sin exageraciones ni aspavientos, que existe un elevado nivel de deslegitimación de la contrarreforma laboral o, si se prefiere, de la reforma contralaboral. Así pues, se ha dado –dicho sobriamente— de gran importancia. El dato, en esta ocasión, es que los sujetos convocantes son, además del sindicalismo confederal, un archipiélago de movimientos y asociaciones que hacen suya la cuestión social.  O sea, se trata de un “enemigo” muy variado.

Por otra parte, la gran participación ciudadana en el día de hoy podría ser algo así como, plagiando descaradamente a Walter Benjamín, el freno de emergencia que se pone a las medidas gubernamentales que los manifestantes han contestado tan rotundamente. O, por mejor decir, la primera fase del freno de emergencia porque las espadas siguen en todo lo alto.    

Sugiero una reflexión a las amistades. ¿No parece conveniente ampliar, para otras ocasiones, una mayor descentralización de la toma de la plaza pública? Porque, siendo importante concentrar a la gente en las capitales de provincia (y otras grandes ciudades), una gran mayoría de poblaciones se quedan, digámoslo así, al margen de hacer sentir su voz. Una experiencia no tan lejana viene a cuento: los Primeros de Mayo se celebraban en Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona. Ahora bien, el día 30 de abril se manifestaban Sabadell, Cornellá, Terrassa, Mataró, Badalona, Manresa, etc. Puedo asegurar que en estas ciudades la participación era elevada. Más tarde, por comodidad o, ¿quién sabe?, por la manía de centralizar las cosas fueron desapareciendo estas acciones del día 30 de abril con la idea de que la de Barcelona luciera más. Mea culpa.

Si en España hay 50 provincias y el otro día se manifestaron 57 quiere decir que ha habido un tímido intento de descentralización de la protesta. Está bien esa tendencia, pero ya no basta. Creo yo, aunque doctores tiene la iglesia (1).

Otro día hablaremos de cómo se ha desarrollado la jornada en los demás países de la Unión Europea.

(1)  José María de Extremadura comunica en su blog que en Extremadura las movilizaciones convocadas por CCOO y UGT   `[para el día 29, o sea hoy] se llevarán cabo en: Badajoz, Cáceres, Plasencia, Mérida, Coria, Navalmoral de la Mata y Miajadas,  Zafra, Jerez de los Caballeros, Villafranca de los Barros, Almendralejo, Don Benito y Villanueva de la Serena. 


Este, digo yo,  es un buen ejemplo de descentralización.

martes, 28 de febrero de 2012

EL PSOE Y LA CONTARREFORMA LABORAL



Mantengo lo dicho en mi entrada NO LLEVÉIS LA REFORMA AL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL.  Y lo que viene a continuación se dirige –principal, aunque no exclusivamente-- a los líderes del PSOE. Pero antes séame permitida alguna que otra consideración.

He leído en algún lugar que el PSOE se orienta a llevar la batalla contra las sedicente reforma laboral a todas las instituciones, incluidos los Ayuntamientos. Me parece la mar de bien. Pero antes quiero recordar que, en otros tiempos no lejanos, cuando a su izquierda se intentaba hacer lo mismo, los dirigentes socialistas ponían el grito en el cielo y decían que no se podían mezclar problemas generales con los de tipo municipal, que en estas sedes locales no cabían estas cuestiones. Como ya tengo algunos años lo recuerdo perfectamente. Honra al PSOE que ahora rectifique. Y también, precisamente ahora, dicho partido afirma –o dicen de él--  que acudirá a las manifestaciones que se celebrarán en la plaza pública. También es buena noticia: los peatones socialistas no se verán, así las cosas, haciendo  --como quien dice-- un pecado venial. Por lo demás, sería del género idiota que, en tales manifestaciones, se les increpara. Puente de plata a quienes rectifican ya sea con la boca grande o con la pequeña. Sólo queda esperar que cumplan.

Ahora bien, el PSOE haría bien en pensar en las repercusiones que podría tener llevar la reforma laboral al Tribunal Constitucional. El problema no es que la cosa se verá cuando las ranas crien pelo, porque podría ser que el TC, en un arrebato de extremada e inusual diligencia, viera el asunto en un abrir y cerrar de ojos: la justicia es rápida cuando se conjugan algunas constelaciones astrales. Sea como fuere, llevar la reforma al Tribunal comporta el riesgo no hipotético de que sea aceptada como válida y plenamente constitucional. Y, entonces, ¿a qué instancia se debe recurrir? Pregunta retórica: a ninguna. Es más, los mismos dirigentes socialistas serían los primeros en darle el carpetazo a la respuesta siguiendo el viejo aforismo de Roma locuta causa finita, cuya traducción castiza es: Habló Blas, punto redondo.  

Otra cosa distinta es que se recurran varios aspectos puntuales de la reforma. Es diferente. Y es buena idea recurrirlos. Pero esto comporta unos riesgos menores. Así pues, la idea es –me parece a mí--  hacer lo que haga falta pero sin tener nunca las manos coartadas, es decir, para que la presión pueda ser sostenida. En ese sentido, las movilizaciones del próximo día 29 –o sea, mañana mismo-- son la continuidad del camino de la frontal oposición de masas a la contrarreforma.  

No me gusta jugar a adivino, pero tengo la impresión de que mañana será un día grande. Y eso, y lo que haya de menester, es el camino.   


     

lunes, 27 de febrero de 2012

MÁS SOBRE LA AUTORREFORMA SINDICAL


Foto tomada del muro de Lorena Castro en facebook. Un veinteañero Marcelino Camacho



Hace unos días Isidor Boix razonaba acerca de la autorreforma sindical, un tema de gran actualidad en el sindicalismo latinoamericano (1).  Comparto sus apreciaciones. En esta ocasión me permito reforzar sus planteamientos a través de un fragmento de una charla que dí en la Universidad de Zaragoza, organizada por mis amigos de Comisiones Obreras de Aragón (2). Con permiso, pongo la cita:  

 

Hemos de decir las cosas por su nombre: las concepciones de Marx sobre el sindicalismo (es el primero que habla de independencia de los sindicatos) son derrotadas por los partidarios de Lassalle, el dirigente socialdemócrata alemán. No me resisto, por su importancia, a documentar esta afirmación. Habla Marx: “En ningún caso los sindicatos deben estar supeditados a los partidos políticos o puestos bajo su dependencia; hacerlo sería darle un golpe mortal al socialismo”. Tal cual. Se trata de la respuesta de nuestro barbudo al tesorero de los sindicatos metalúrgicos de Alemania en la revista Volkstaat, número 17 (1869) en clara respuesta a lo afirmado por Lassalle: “el sindicato, en tanto que hecho necesario, debe subordinarse estrecha y absolutamente al partido” (Der social-democrat, 1869). [Me pregunto: ¿qué tiene que ver que sea "hecho necesario" para "subordinarse estrecha y absolutamente al partido"?]

Y siguiendo sin pelos en la lengua, habrá que decir que también en la muy posterior cultura comunista se silencia (más bien, se meten las tijeras en) la formulación marxiana de la independencia del sujeto sindical. Convenía más la técnica del viejo socialdemócrata Lassalle. Que resumiendo se caracteriza por: 1) el partido es quien guía, ordena y manda; 2) de ahí se desprende la separación radical de funciones: el partido se dedica a todo, al sindicato sólo y solamente le incumbe la cuestión salarial y la reducción de la jornada de trabajo. Este es el esquema de la llamada correa de transmisión, el sindicalismo reducido a una prótesis del partido. El conflicto social es algo contingente que está al albur de las necesidades e intereses del partido llassalleano. Por decirlo con las sabias palabras de BRUNO TRENTIN (el dirigente sindical europeo más fascinante de la segunda mitad del siglo XX): Esta separación de la política con relación a las vicisitudes del trabajo asalariado madura en esos años muy lejanos y configura un partido guía e intérprete de la “clase” con todos los nuevos dogmas que consiguientemente se derivan: la división de tareas entre partido y sindicato, la naturaleza fatalmente corporativa y sin salida política posible del conflicto social, el deseo de la aportación prometéica y liberadora que vienen “del exterior”, de la élite política. Allí se inició un camino que ha conducido, de un lado, a una concepción del partido político como entidad autorreferencial y, de otro lado, en definitiva, a un progresivo desinterés de la cultura de la izquierda en los debates sobre la morfología del conflicto social y sus evoluciones. Una descripción que relata cómo debe ser la relación entre el partido y el sindicato que comparten in toto Lassalle, Guesde, Lenin, Pablo Iglesias, Palmiro Togliatti y todo el arco socialista y comunista. Lo sorprendente, y ya tendremos ocasión de comentarlo, es que la ruptura de la correa de transmisión, muchísimo más tarde, no vendrá de la mano los sindicalistas de matriz socialdemócrata sino de los comunistas: ahí están los nombres de Giuseppe Di Vittorio, Bruno Trentin y nuestro Marcelino Camacho. [Fin de la cita con mis excusas] 


Por lo demás, en (3) tienen un elenco de documentos sobre la autorreforma sindical en Latinoamérica, entre otros el de nuestro amigo Carlos Mejía. En ellos pueden clicar y saber de qué va el asunto. 

(1) ESCRIBE ISIDOR BOIX, MAESTRO DE SINDICALISTAS


(2) 200 AÑOS DE COMPROMISO DEL SINDICALISMO EUROPEO


(3) 1. Victor Baez Mosqueira, Secretario General de CSA

2. Dan Cunniah, Director de ACTRAV, Oficina de Actividades para los Trabajadores

I. Documentos OIT


3. 
Aportes del Director General en la Reunión Tripartita de Alto Nivel sobre la Negociación Colectiva (Ginebra, noviembre 2009): Juan Somavía, Director General

4. 
Autoreforma sindical y Negociación Colectiva Anna Biondi, Subdirectora de ACTRAV, Oficina de Actividades para los Trabajadores

II. Documentos GTAS

5. 
Plan de Acción CSA 2008-2012

6. 
Documento síntesis de las Reuniones I y II

7. 
Prioridades y estrategias 2010

8. 
Estructura sindical y negocial: buscando mejorar la cobertura y eficacia de la tutela colectiva Alfredo Villavicencio Ríos

9. 
Estrategia sindical hacia los trabajadores tercerizados Oscar Ermida Uriarte y Alvaro Orsatti

10. 
Organización de trabajadores/as migrantes CSA

11. 
Organización de trabajadoras del hogar CSA

III. Experiencias en el Area Andina


12. 
Experiencias en Autoreforma de las organizaciones sindicales andinas CCSA, Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas

13. 
Jóvenes y Mujeres en la Autoreforma sindical en el Perú CGTP, Confederación General de Trabajadores del Perú Carlos Mejía

14. 
La Autoreforma sindical en Colombia CGT, Confederación General de Trabajadores, Colombia Jorge Rico

15. 
Los esfuerzos del sindicalismo colombiano por autoreformarse Luis Norberto Ríos Navarro, ENS, Escuela Nacional Sindical

IV. Experiencias en Cono Sur

16. 
Autoreforma y Libertad Sindical en Argentina CTA, Central de Trabajadores de la Argentina Guillermo Gianibelli y Horacio Meguira, por el Observatorio de Derecho Social (ODS)

17. 
A expansão da terceirização no Brasil e a estratégia da CUT de enfrentamento a precarizacao do trabalho CUT, Central Unica dos Trabalhadores, Brasil Denise Motta Dau

18. 
La sindicalización en Chile CUT, Central Unitaria de Trabajadores, Chile Rodrigo Vazquez Silva

19. 
La negociación colectiva en Uruguay 2005-2008 Graciela Mazzuchi

V. Experiencias en Centroame
́rica y Caribe

20. 
Hacia la unidad orgánica entre la CSACC y la CCT CSACC, Coordinadora Sindical de América Central y el Caribe Rodrigo Aguilar

21. Estrategia de desarrollo de los trabajadores por cuenta propia en Nicaragua FNT, Frente Nacional de Trabajadores, Nicaragua Adrián Martínez Rodríguez


22. 
Autoreforma sindical y trabajadores/as migrantes en la República Dominicana CNUS, Confederación Nacional de Unidad Sindical, Rep. Dominicana Eulogia Familia

VI. Federaciones Sindicales Internacionales


23. 
Estructura de las Federaciones Sindicales Internacionales

VIII. Experiencias Extrarregionales


24. 
La “experiencia española” de Autoreforma Sindical desde la UGT Unión General de Trabajadores, España José Manzanares, ISCOD, Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo

25. 
Organización y sindicalización en la Autoreforma. Reflexiones y la experiencia de CC.OO Comisiones Obreras, España Laureano Cuerdo

26. 
Experiencias para compartir. Pensando en algunos de los subejes de la Autoreforma sindical AFL-CIO, Solidarity Center

27. 
Un único y gran sindicato LO Dinamarca, Federación Unida de Trabajadores Daneses (3F) Paul Eric Skov Christensen

Radio Parapanda¿DEFENDER LOS DERECHOS LABORALES ES FRANQUISTA?

domingo, 26 de febrero de 2012

EL CORRALITO ESPAÑOL: UNA POCILGA BANCARIA



He visto varios reportajes sobre el problema de las participaciones preferentes en el programa televisivo de Josep Cuní en la televisión barcelonesa Tv8. Hablando con amigos, conocidos y saludados –entre otros, el eminente pozo de conocimientos que es don Lluis Casas— me he podido hacer una composición de lugar de lo que podríamos denominar, con no poca aproximación, el particular (por su estiércol) corralito español. Los afectados, según el periodista catalán, superan el millón y medio de personas en toda España que no pueden acceder a sus ahorros. Vayamos por partes.

Desde 2009 las entidades bancarias españolas emitieron las llamadas participaciones preferentes: unos valores bursátiles muy inestables y sin garantía con el objetivo de ampliar el capital propio.  Pues bien, para colocar el producto, cuyas ventajas eran francamente escasas, recurrieron a las redes de confianza, a saber, las conocencias personales entre el personal de las entidades y la clientela del barrio de cada ciudad.  Se trataba de convencer a la gente cándida (especialmente jubilados) de la ventaja que ofrecía el hecho de depositar sus modestos ahorros en una serie de inversiones arriesgadas ocultando su naturaleza.

Con la crisis económica, las preferentes –ligadas directa o indirectamente  a la economía del ladrillo— perdieron hasta la mitad de su valor. Por cierto, los dictámenes de la Unión Europea obligaron a la banca a deshacerse de este producto, que fue cualificado como “activo tóxico”. Después de la prohibición de comercializarlo entre los pequeños ahorradores, las entidades bancarias se han apresurado, rápidas como centellas, a desprenderse de ellas. La Caixa, que ostenta el record en toda Española, con 4.898 millones de euros invertidos en preferentes, anunció el pasado diciembre su reconversión en otros productos financieros que apenas se diferenciaban de los originarios. Las otras entidades hicieron tres cuartos de lo mismo. Cuando los afectados quisieron retirar sus ahorros vieron que sus dineros se han evaporado en esa nebulosa magmática de los mercados de valores. Lo que les fue vendido como depósito se había convertido --así, sin más— en un producto bursátil permanente, perpetuo: si hay beneficios, el banco te da los intereses, pero no te retorna la cantidad inicial.

Como es natural hubo una avalancha de quejas y denuncias cuando se destapó el melón, digo, el fraude: cincuenta y dos entidades bancarias, especialmente las de alto copete, estaban implicadas, y por ello fueron denunciadas, por comercialización indebida de esta inmundicia de las participaciones preferentes.  Vale la pena decir que la Comisión Nacional del Mercado de Valores, organismo encargado de regular el sector financiero, se ha llamado Andana (es decir, ha mirado hacia otro sitio) hasta noviembre del año pasado cuando todo el estropicio estaba consumado.

Mientras tanto, más de un millón de personas no pueden sacar los dineros que son suyos. ¿Alguien se preocupa de esto?

domingo, 19 de febrero de 2012

¿PERO NO ESTABAN DESPRESTIGIADOS LOS SINDICATOS?


En Granada, hoy. 

 Hoy ha sido un día grande en las Cincuenta y siete ciudades que se han manifestado contra esa putativa reforma laboral. En muchas de ellas, según informan amigos de probada seriedad, han sobrepasado en mucho las movilizaciones anteriores. Las panorámicas aéreas de otras tantas documentan la oceánica participación de personas. Lo dicho, las Cincuenta y siete han estado a la altura; el sujeto convocante, el sindicalismo confederal ha salido prestigiado. Hoy, además, ha fracasado la agresiva y tosca campaña contra los dirigentes sindicales, aunque el éxito de la jornada será “vengado” por los espadachines de la calumnia organizada que, sin lugar a dudas, volverán a la carga. De momento, sin embargo, tal gentualla ha tenido que tomar una tonelada de bicarbonato.

La jornada de hoy, que es la culminación de un proceso que viene de muchos meses atrás, podría abrir un nuevo ciclo en la acción colectiva cuyo objetivo es la defensa del interés general, que expresa el universo de los derechos sociales a preservar celosamente. De ahí que las Cincuenta y siete ciudades han hecho un ejercicio democrático de primer orden que se confronta contra el sistema-empresa como fuente de legitimación de la política.

Digo, incluso titubeando, que la apertura de este nuevo ciclo podría distinguirse por la reunificación de todas movilizaciones sectoriales en un interés general expresamente manifestado. Y, tal vez –si las izquierdas políticas aprehenden cabalmente el significado de la jornada— en un intento de relación entre lo social y lo político. Por lo demás, hoy no ha sido el miedo lo que ha primado sino la necesidad activa de parar los pies al sistema-empresa y una rotunda moción de censura al gobierno de Termidor.   


 Radio Parapanda (su emisora amiga):   http://www.youtube.com/watch?v=_fqkGsf8ZGE, que podría ser la canción de hoy de las Cincuenta y siete ciudades.

martes, 14 de febrero de 2012

EFECTIVAMENTE, UNA AGRESIÓN ESTA REFORMA LABORAL



Miquel A. Falguera i Baró. Magistrado de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

La reforma laboral será muy agresiva”, dijo en un foro internacional un ministro español. La verdad es que el uso de esta última palabra me sorprendió cuando la oí. Según el DRAE, en castellano el término tiene varias acepciones, a saber: “Dicho de una persona o de un animal: Que tiende a la violencia”, o “Propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás” o “Que implica provocación o ataque”. Ya sé que en inglés –idioma en el que hablaba nuestro preboste- “agressive” se puede entender también en el lenguaje de los negocios como “enérgico” o “intenso”. Pero visto lo publicado en el BOE del sábado 11 de febrero creo que nuestro alto funcionario estaba hablando en español cañí: cualquiera de de las acepciones expuestas por el DRAE es aplicable al R Decreto-Ley 3/2012, de 2 de febrero.

Nos hallamos, en efecto, ante la reforma más profunda de nuestro modelo de relaciones laborales desde hace casi veinte años –en concreto, desde la llamada reforma laboral de 1994-. Y, precisamente por la trascendencia de los cambios, llama mucho la atención que en este caso se haya roto una de las reglas no escritas del pacto welfariano: que las modificaciones de modelo se discuten previamente, antes de elevarse a rango de Ley entre los agentes sociales y el Ejecutivo. Es cierto que el actual gobierno había urgido a patronal y sindicatos desde antes de su toma de posesión para que consensuaran cambios normativos. Pero quiero llamar la atención sobre el carácter estrictamente bilateral de esos contactos: el Ejecutivo –y ésa es la diferencia- nunca se mojó en el tema. Y no es ésa una cuestión baladí: no es lo mismo que un gobierno diga a los empresarios y los sindicatos: “quiero cambiar el mercado de trabajo en este sentido, negociémoslo entre todos”; o que diga: “pacten ustedes lo que quieran, si no llegan a un pacto –o, incluso, aunque lo hagan como ha sido el caso, al menos en ámbitos de negociación colectiva- yo impondré mi modelo a través del rodillo de mi mayoría absoluta”. Esto último no es negociar en forma tripartita: es un simple Diktat que convierte a los agentes sociales en simples amanuenses. Una práctica autoritaria, alejada de nuestro modelo constitucional.

Desde ese punto de vista, el hecho de publicar en el BOE un sábado una reforma de este calado y recibir a los agentes sociales el lunes siguiente para ver qué piensan me parece –al margen de los contenidos del R Decreto-Ley- lo más escandaloso de este proceso. Se trata de una ruptura en toda regla, de las reglas del juego de poderes que conforman el modelo de Estado Social y Democrático de Derecho. Y es una práctica que llama poderosamente la atención si se tiene en cuenta que una semana antes se había publicado el R Decreto-Ley 2/2012, sobre el saneamiento del sector financiero; norma ésta que –como se desprende varias informaciones de prensa- sí había sido más o menos hablada y consensuada con los principales Bancos y Cajas de Ahorro –sobre todo, con una de estas últimas, según las malas lenguas-. ¿Por qué se consensúan con las entidades financieras las normas que les afectan y no se hace mismo con patronal y sindicatos? Que yo sepa, las primeras no están contempladas en el Título Preliminar de nuestra Constitución, a diferencia de los agentes sociales.

Y no me valen las famosas excusas de urgencia por la delicada situación económica de este país. Primero, porque la técnica legislativa del R Decreto-Ley 3/2012 es bastante buena, pese a la complejidad de la modificación –es decir, no se improvisó: hace tiempo que estaba redactado-. Y, segundo, porque de las crisis no se sale sólo con cambios normativos, sino especialmente con consensos: o todos los ciudadanos ven claro un horizonte de mejora, o difícilmente se les puede pedir que se esfuercen y hagan renuncias de derechos. Si el futuro que se diseña es peor que el anterior, ¿para qué se esforzar los trabajadores en alcanzarlo? Pues bien, la marginación de los sindicatos en la conformación del nuevo marco normativo determina, a la postre, la de los asalariados. Su alejamiento y ajenidad del marco regulador de las relaciones laborales.

Ciertamente las empresas son los principales instrumentos de generación de riqueza real en nuestra sociedad –aunque es ésa una obviedad que debería haberse recordado en plena orgía especulativa hace unos años- Pero las empresas no son nada sin sus trabajadores. La riqueza de verdad –no la derivada de la usura y la codicia- se crea sobre el trabajo, como la experiencia humana pone de manifiesto en todas sus etapas históricas y modos de producción.

Por tanto, regular el mercado de trabajo a favor de los empresarios dejando la salida de la crisis únicamente al “espíritu emprendedor” es un error de calado. Se puede tener muchos ciudadanos con dicho espíritu, pero sin el esfuerzo de los trabajadores no se saldrá de la crisis. De ahí que, más que nunca, cualquier cambio en las relaciones laborales ha de ser compensado. Porque en ese ámbito rige el principio de suma cero: lo que en un cambio normativo pierden unos, lo ganan otros. Y eso es precisamente lo que se deriva del R Decreto-Ley 3/2012. Se trata, ni más ni menos, que de plasmar en el BOE las reivindicaciones históricas de la patronal. Sin prácticamente contrapartidas para los trabajadores. Y la justificación de ello es la necesidad de crear empleo.

Quizás sea porque me estoy haciendo mayor. Pero tengo en demasiadas ocasiones la impresión de que el discurso dominante en la política –en diestra y, ¡ay!, una parte significativa de la siniestra-, los media y una buena porción de la ciudadanía se asemeja al de un sectario que obtenga fondos haciendo de trilero en las Ramblas barcelonesas.
Lo de “sectario” viene por la imposibilidad material de discutir los mantras sagrados que devienen verdades absolutas por su reiteración expositiva (“lo privado funciona mejor”, “bajar impuesto es bueno para la economía”, “menos Estado y menos regulación, etc.) Y la asimilación a la figura del trilero porque todos sabemos que el juego está trucado: lo que se dice no es, en realidad, lo que se pretende. La última “ratio” de las políticas económicas y sociales actuales (la reversión de rentas en relación al modelo welfariano, favoreciendo a las clases opulentas, como afirmaba el maestro Josep Fontana en sus reflexiones “Más allá de la crisis” publicadas en este blog hace unos días) se oculta formalmente, aunque todo el mundo sabe cuál es su objeto (1). La aplicación de los dogmas ha llevado a una evidente realidad: el incremento de la desigualdad en la distribución de rentas entre los ciudadanos, no sólo en los países “ricos”, también a escala planetaria (el famoso uno por ciento, que se ha enriquecido con el neoliberalismo) Es decir la corrupción de la noción de democracia integral –por la limitación del concepto únicamente a su vertiente libertaria- que surge de Platón y Aristóteles y conforma las Constituciones modernas. La causa última de la actual crisis –más allá de las diversas manifestaciones en los distintos países- reside en esas políticas de desigualdad. Sin embargo, se sigue profundizando impúdicamente en ellas, cómo si a un enfermo de cáncer de pulmón se le recomendara continuar fumando.

Pero es que, además, la experiencia de casi treinta años de reformas laborales pone en evidencia lo evidente: las leyes no crean empleo. En este período de tiempo hemos asistido a experimentos legislativos variados –fomento de la contratación temporal, fomento de la contratación a tiempo parcial, contratos de fomento de la contratación indefinida, etc- Y ninguno de esos cambios ha sido útil para crear empleo. 

En la Exposición de Motivos del R Decreto-Ley 13/2012 se afirma, con claridad que en España se “ha destruido más empleo, y más rápidamente, que las principales economías europeas” –lo que es indudablemente cierto- para señalar, a continuación, la causa: “La crisis económica ha puesto en evidencia la insostenibilidad del modelo laboral español. Los problemas del mercado de trabajo lejos de ser coyunturales son estructurales, afectan a los fundamentos mismos de nuestro modelo sociolaboral y requieren una reforma de envergadura”. Es decir, los trileros sectarios establecen el diagnóstico que el paro desmesurado que por aquí campa es causa de las tutelas del Derecho del Trabajo. ¿No será que nuestra diferencia con otros países reside en el erróneo abandono de la producción en sectores con más valor añadido y la suicida apuesta casi única por la construcción? ¿No será que si uno ha jugado la carta de un modelo productivo basado en la burbuja inmobiliaria, cuando ésta revienta el impacto sobre el empleo es extraordinario?

Es la situación económica y  social y el modelo productivo la que determina la creación de empleo, no las leyes. Como bien ejemplarifica mi amigo Manolo Luque: ¿Cómo se explica que con la misma normativa en Euskadi el desempleo no llegue al doce por ciento? ¿No será porqué allí no se ha desmantelado el sector industrial con el mismo afán que en otros territorios, con un fuerte entramado de pequeñas empresas? A lo que cabrá añadir que los países septentrionales europeos tienen un índice de desempleo mucho menor, pese a que los trabajadores y los sindicatos ostentan mayores tuteles, competencias e intervencionismos. La triste singularidad de nuestro país no es de problemas estructurales del mercado de trabajo, sino de modelo productivo. Pero eso es algo de lo que los trileros sectarios no quieren oír hablar.

En esa tesitura el empleo se convierte en la gran excusa de la nueva y significada reversión de poderes en la empresa y en la sociedad, entronizando el poder del empresario (y, por ende, de los poderosos), capidisminuyendo las competencias de las personas asalariadas y ninguneando a los sindicatos. Porque de lo que se trata, de verdad, no es crear empleo. Todos sabemos dónde está la bolita: en el cubilete que esconde la reversión del pacto de rentas del Welfare; por tanto, proseguir en la senda de la desigualdad. Y qué mejor momento para dar un golpe de timón que en medio de una enorme crisis sistémica, con un sindicato débil por el incremento del paro y su constante deslegitimación mediática y con una izquierda desarbolada y carente de la más mínima propuesta alternativa.

Esa es la lógica del R Decreto-Ley 3/2012 y no, el empleo. Y aunque reiteradamente su Exposición de Motivos reclame que se trate de un cambio normativo equilibrado en el que ganan trabajadores y empresarios, la simple lectura del contenido de dicha norma pone en evidencia su fin último: dotar de mayores poderes a los empleadores, incrementar la desigualdad contractual entre las partes y reducir el papel de los mecanismos compensadores de la desigualdad, significativamente la negociación colectiva y el sindicato. 

Pero reitero: eso nada tiene que ver con la crisis y el empleo, sino con el intento de reversión del modelo welfariano que se plasma en nuestra Constitución (cada vez más alejada de su espíritu original, ahora que contiene referencias a la austeridad). No está de más recordar que buena parte de las medidas ahora adoptadas eran bandera reivindicativa de patronal y de sectores académicos y mediáticos en la época de las vacas gordas. Y que el modelo al que se acusa de rígido no fue óbice para un exponencial crecimiento del empleo –eso sí: basado en la construcción y actividades anexas-, que exigió mano de obra barata, esencialmente foránea.

Pero es inútil intentar hablar racionalmente con sectarios. En el BOE del pasado sábado se recogen las viejas reivindicaciones de la patronal: se consagra el fin de la intervención administrativa en los despidos colectivos y en las suspensiones contractuales y de reducción de jornada, se veta a los jueces el control finalista de dichas medidas, se abarata el despido para todos, se suprimen los salarios de tramitación, se impone un concepto de flexibilidad unidireccional y autoritario, se permite la disponibilidad por el empresario de lo pactado en convenio colectivo y se permite el descuelgue universal del contenido del convenio y ya no sólo respecto al salario. Y se añaden otras medidas que no habían sido reclamadas: así, se permite que las ETT actúen como agencias de colocación, se crea un nuevo contrato que permite al empresario –además de percibir incentivos fiscales de hasta 3000 euros y embolsarse el cincuenta por ciento de la prestación de desempleo que percibía el trabajador contratado- despedir como si fuera un período de prueba –es decir, sin indemnización, ni control judicial- durante el primer año, ser permite realizar contratos de aprendizaje con la misma persona para distintas profesiones, se permite que los trabajadores a tiempo parcial puedan hacer horas extraordinarias, etc.

Sin duda, el sueño húmedo de un neoliberal. En definitiva, la ruptura del ya precario equilibrio de fuerzas entre empresarios y trabajadores y la capidisminución del poder del sindicato y del convenio. Con todo, eso no es lo peor. Lo peor es que, como ha pasado con todas las reformas impuestas anteriores, cuando de aquí pocos años se ponga en evidencia que esta reforma no ha servido para crear empleo, querrán más. ¿Por qué no, ya puestos, prohibir los sindicatos y la negociación colectiva?... ¿es qué no alteran la libre competencia, como afirmaban los liberales decimonónicos?

Y mientras la democracia se degrada, la izquierda sigue en sus trece. Unos, haciendo congresos cuyo eje central era la elección de un líder y no de renovación de ideas. Otros, confiando en la instauración de la III República. Y los de más a la izquierda reclamando la defensa del Estado del Bienestar del que abominaban hasta hace pocos días.

¿Por qué no habré nacido yo sueco?


(1) http://lopezbulla.blogspot.com/2012/02/mas-alla-de-la-crisis-habla-josep.html



Radio ParapandaLa reforma laboral: salarios de tramitación. Escribe Rafael López Parada