jueves, 11 de septiembre de 2008

MOVIMIENTO SINDICAL Y CATALANISMO POLÍTICO



Artículo que me han publicado en el diario Avui hoy 11 de Setiembre.


El movimiento de los trabajadores y el catalanismo político han tenido en los últimos cien años una serie de avatares que, en buena medida, connotan la historia del país. En mi opinión dicho itinerario tendría dos fases visiblemente diferenciadas: una, la anterior a la guerra civil; dos, desde la posguerra hasta nuestros días. La primera, clarísimamente marcada por la potente influencia de la CNT, se caracteriza, de un lado, por unas relaciones ásperas y, a menudo violentas, entre el sindicalismo y la política y, de otro, por un teorizado (y practicado) abstencionismo de los confederales en los asuntos de la política y las instituciones. Los intentos de, por ejemplo, Francesc Layret de conducir a los trabajadores hacia un catalanismo político de izquierdas no cambiaron la situación. Los sindicalistas de la época, a cuyo frente estaban personalidades tan representativas como Salvador Seguí, Joan Peiró, Angel Pestaña y otros, fueron celosamente valedores de la idiosincrasia anarcosindicalista, no ya del apartidismo sino del apoliticismo más contundente. Además, todos ellos fueron testigos del estrabismo del catalanismo: frente al ejercicio del conflicto social, los políticos pactaban con “Madrid” para aplastar violentamente la presión obrera y popular.

La guerra civil española, en lo que se refiere a lo que estamos tratando, provoca una situación distinta: la CNT se implica directamente en la política –con características de excepción, parecen decir-- y asumen incluso altas responsabilidades en el Govern de la Generalitat, también en el gobierno republicano español. (A efectos de lo que nos traemos entre manos no es relevante las relaciones de Pestaña con la política y la creación del Partido Sindicalista, dado su carácter extremadamente minoritario).

La segunda fase representa una clara discontinuidad. La lucha antifranquista cuenta con un sujeto social nuevo: el nuevo movimiento obrero, privado de todas las libertades, crea un sindicalismo de nueva planta. Con no pocas fatigas pone en marcha una difícil caminata que vincula las reivindicaciones sociales con la exigencia de las libertades políticas y, por primera vez, asume rotundamente la exigencia de las libertades democrático-nacionales del pueblo de Catalunya. Deja en la cuneta el apoliticismo, aunque intuye al principio, y después lo consolida, que su relación con la política es de plena independencia. Trabajadores catalanes de toda la vida y los provinentes de otros lugares de España protagonizan esa discontinuidad, y contagiados por el catalanismo político de izquierdas (comunistas, socialistas y cristianos) reorientan la historia en otra dirección. Mucho se ha hablado, por ejemplo, de la propedéutica del PSUC en todo ello.

Ese nuevo movimiento es, básicamente, Comisiones Obreras que tiene la originalidad de actuar públicamente, esto es, no esencialmente de manera clandestina. Que busca fatigosamente amigos, conocidos y saludados en el cuadro político antifranquista. Y que relativamente pronto decide encuadrar el ejercicio del conflicto social en el marco de una praxis de sindicato-de clase-y-nacional: una novedad parcialmente intuida por nuestro Francesc Layret.

Desde la recuperación de las libertades el sindicalismo confederal catalán (para entendernos, Comisiones, UGT y USO) se ha caracterizado por ejercer su acción colectiva en pos de la creación de un marc català de relacions sociolaborals extrovertido y tendencialmente global. En resumidas cuentas, ese vínculo potente entre el sindicalismo y los problemas de Catalunya, de un lado, y la acción global, de otro, explican el rotundo fracaso del catalanismo político de derechas siempre a la búsqueda de sindicatos-probeta concebidos como su propia fiel infantería. Pero que, así mismo, connota un sindicalismo que no es sujeto subalterno de la izquierda, aunque efectivamente esté en la izquierda.

2 comentarios:

DESPERTAFERRO dijo...

Mi querido Tito: Aplaudo este artículo tuyo en ese gran rotativo que es el diario AVUI, defensor de la cultura catalana y que se ha caracterizado siempre por su pluralísmo y su compromiso con una información veráz,contrastada y siempre al servicio de las clases populares de Catalunya.
A lo largo de su trayectoria este periódico se ha caracterizado siempre por su independencia y una defensa del catalanismo sin caer en el clásico sectarísmo nacionalista que siempre ha mirado con desprecio al mundo del trabajo.
Prueba de ello es la publicación de un artículo tuyo en un día tan señalado como hoy, 11 de setembre.

me han robado el reloj dijo...

"..Pero que, así mismo, connota un sindicalismo que no es sujeto subalterno de la izquierda, aunque efectivamente esté en la izquierda."

Como declaración de intenciones está muy bien, pero, dsgraciadamente, se aleja mucho de la realidad sindical que he conocido. Me alegra el dia que haya personal que crea que ese modelo de sindicalismo es necesario.