lunes, 19 de febrero de 2018

Cataluña: la historia se repite


Nota.--  En facebook, estridente patio de vecindones, hay de todo. Como en botica. Destaco por su importancia las crónicas catalanas de Andreu Claret, uno de los periodistas más lúcidos de la piel de toro. Como muestra ahí está el botón que hoy publicamos Con cierta frecuencia Claret recibe algún estúpido cogotazo por parte de los hunos y también de los hotros. El periodista, con flema británica, o no responde o contesta educadamente. Tiene, pues, la palabra Andreu Claret.


Mini-Crónicas catalanas/72
LA HISTORIA SE REPITE.

No sé si como tragedia o como farsa, pero se repite. Asombra ver que vivimos episodios que parecen clonados de los años treinta. Con la misma desconfianza e incomprensión entre Catalunya y el Estado. Son infinitos los paralelismos entre lo que ocurre hoy y lo que sucedió hace 80 años. En los hechos y en el comportamiento de sus protagonistas.

Lean: ‘Ha llegado la hora de dar la batalla y de hacer la revolución. Es probable que Catalunya pierda y que algunos de nosotros perdamos la vida en ello; pero perdiendo, Catalunya ganará porqué necesita mártires que le aseguren la victoria definitiva el día de mañana’. Se lo dice Lluís Companys al político republicano Amadeu Hurtado, el 8 de junio del 34, con motivo de la tramitación de la Ley de Contratos de Cultivo (a la que se oponía el gobierno de la República). Hurtado lo anota en su dietario y comenta: ‘Catalunya no ha producido ni puede producir, por ahora, otro tipo de político que el agitador propenso a la protesta, como el pueblo, y diestro en aprovechar cualquier motivo sentimental para asustar al adversario mientras dure la llamarada’.

El diario tiene otros momentos pasmosos. Como cuando describe una concentración en apoyo a la ley, delante del Parlament, con emociones y frustraciones idénticos a los actuales. O cuando se refiere a sucesos de la política catalana de entonces tan surrealistas como los de ahora. O cuando Hurtado cuenta sus infructuosos viajes a Madrid (también se hospeda en el Palace!) para defender ante Samper y Alcalá Zamora lo que hoy llamamos la tercera vía.

Sus reflexiones sobre el desdén de los políticos catalanes por el populismo fascistizante que recorre Europa constituyen inquietantes analogías. Y reveladora resulta su distinción entre la Catalunya rabasaire soliviantada y Barcelona, que está en otra onda. Tremendas y significativas resultan sus palabras cuando alude a Companys como un político ‘que se anima y desanima, según van las cosas, sin conocer ni entender a fondo ninguno de los problemas del gobierno, aunque sí sabe captar lo que tienen de asequible para la multitud’. Y cuando retrata a un Azaña cercano a los republicanos catalanes mientras los necesita. A lo ZP. Eran otros tiempos, pero aún así las semejanzas que afloran en el dietario de Hurtado son patéticas. Como cuando vaticina que una sentencia desfavorable del Tribunal de Garantías (antecedente del actual Tribunal Constitucional) ‘nos partiría por la mitad’. Como ahora. Igual.

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