sábado, 5 de agosto de 2017

Contra ese referéndum (o lo que sea)




Ayer por la noche Roser y un servidor asistimos a un espectáculo de Faemino y Cansado, que estuvieron magníficos. En Pineda de Marx. Cerca de tres mil espectadores. Noche estrellada con una temperatura que no bajó de los 28 grados. No importa, los dos humoristas nos hacen reír y sonreír. Mientras abandonábamos el recinto un viejo amigo me interpela. Resumo lo que me dijo. ¿Por qué no se organiza un gran acto en Barcelona contra lo que se prepara el día 1 de Octubre? Estoy harto de firmar manifiestos que no se sabe a quién o quienes se dirigen. Estoy hasta la cruz de los pantalones de todo ese mejunje, y creo que ha llegado el momento –aunque tarde--  de que el «mundo del trabajo» diga la suya, sin eufemismos ni disfraces. Tú tienes palillos, me dice, para que se organice algo con cara y ojos. Me sugiere nombres de las personas que podrían ser los sujetos convocantes. Parece que lo ha pensado a fondo.

Le hago ver que tenemos poco tiempo para montar una cosa de esas características. Mi amigo me responde sin contemplaciones: «Falso. Ahí están las redes sociales. Estáis jubilados con lo que tenéis todo el tiempo del mundo para organizarlo. Y sobre todo hay una expectación que no conviene minusvalorar.  Además, tendréis la propaganda de quienes os pondrán como un guiñapo. Os llamarán desde españolistas hasta  el nombre del cerdo. O sea, cada improperio es una inversión de publicidad en la convocatoria».


Le prometo pensarlo y consultarlo a los amigos que me ha indicado. Por su parte, me dice: «Oye, ¿has notado que ahora corre un airecillo que refresca la noche?».


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