miércoles, 1 de febrero de 2017

¿Para qué sirve el Partido Socialista Europeo?

Daría lo que pudiera por saber para qué sirve el Partido Socialista Europeo. Se trata de una organización un tantico misteriosa que se empeña en no querer exhibir qué cualidades engalana. Ni siquiera ha demostrado la utilidad que algunos le suponen en la mediación en los conflictos internos de los partidos que lo conforman. Y si lo ha hecho, ignoramos qué resultados ha tenido. En el caso del PSOE parece claro que, si ha intervenido, nadie con mando en plaza le ha hecho ni puñetero caso. En todo caso, ahora tiene una oportunidad de hacerlo cerca del Partido Socialista Francés.

Tras la victoria de Benoit Hamon en las primarias, Manuel Valls y sus seguidores más representativos han declarado (nos cuentan desde Paris voces amigas) que piensan votar a un candidato de otra organización, Emmanuel Macron, considerado indulgentemente como social-liberal por las mañanas y neoliberal en el atardecer. La casa de Tócame Roque, dicho sin  acritud. Pues bien, digo yo que sería oportuno que el Partido socialista europeo enviara a sus probi viri para que, en su condición de hábiles componedores, hicieran ver a Manuel Valls y sus manijeros la disparatada falta de lealtad de su proceder. O, por lo menos, que el PSE diera apoyo explícito al candato ganador en las primarias. En fin, algo que hiciera ver a Valls –o sea, el Sanssouci, del que habla Goethe en su Fausto (Sueño de la noche de Walpurgis)--  lo peligroso de «Si no cabe ir de pie, iremos de cabeza». En resumidas cuentas, qué menos que un gesto, un detalle por parte del Partido Socialista Europeo.


En dirección opuesta, vale la pena recordar la potencia de los grupos de intereses transnacionales que disponen las derechas, especialmente las más rancias y antañonas. Más todavía, la coordinación explícita de las formaciones ultras, políticas o no. Da que pensar. De ahí que vuelva otra vez al poeta de Weimar: «Lo que se necesita, no se sabe; lo que se sabe, no se puede usar». Que bien podría ser el lema del Partido Socialista Europeo. 

Es deseable que remonte el vuelo. Tal vez con aceite de hígado de bacalao. 


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