miércoles, 19 de octubre de 2016

La dialéctica de los «puños y las pistolas»



En la foto, Ramón Luque



El vaso catalán se está colmando de gotas de agua sucia. Algunos comentaristas intentan relativizar beatíficamente su importancia con el manoseado dicho de que esto, aquello y lo otro no son extrapolables sin señalar hacia dónde se extrapola. He llegado a la conclusión provisional de que tales comentaristas son gente intencionadamente despistada. Que no quiere enemistarse con el párvulo gobierno de la Generalitat, ni con sus allegados. Esto, aquello y lo otro son minucias, simples gajes de una situación que pudorosamente llaman compleja.

¿Pero, qué es «esto»? Se trata de la agresión que sufrió el otro día Ramón Luque, un histórico dirigente de IU en Barcelona. Un grupo de matones –herederos de los hermanos Badía—  se lió a mamporros contra Luque en los alrededores de la exposición del Franco decapitado. El bueno de Luque, siguiendo los ´vicios´ de la vieja izquierda, quería explicar a la hostil muchachada las buenas razones de aquella exposición. Ellos, manteniendo las viejas tradiciones del escuadrismo de los «puños y las pistolas» no paró en razones. Ahora bien, si preocupante es el sucedido que se narra, más lo es todavía que Esquerra Republicana de Catalunya y sus franquicias no hayan dicho ni oxte ni moxte sobre tan grave particular. Tampoco ha dicho ni mú el resto del planeta independentista. 

Algunos dirán que el gobierno de la Generalitat no tiene nada que ver en este incidente. Lo que es cierto. Sin embargo, soy del parecer que el Govern --doble moral y doble contabilidad-- da alas, de manera oblicua, a la agresión a Luque. Porque constantemente le ha puesto la proa de manera agresiva a dicha exposición. De ahí que el matonismo se sienta obligado a poner algo de su parte, mientras las almas de cántaro dirán que se trata de una chiquillada, de una colla de brètols. Pero todos ellos ya tienen pelos en los sobacos de la Independencia.


Me pregunto: ¿cuántas gotas de agua sucia son necesarias para llamar las cosas por su nombre? 

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