martes, 15 de septiembre de 2015

Cataluña y la Unión Europea




Ha hablado Artur Mas, presidente en funciones de la Generalitat –número cuatro de la lista de su coalición y candidato oficial a repetir en el cargo— sobre Cataluña y la Unión Europea. En esta ocasión, hace un par de días, ha afirmado que “Para que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE los países tendrán que ratificarlo. El Estado español nunca lo hará, y si eso pasa tendremos un problema”. ¿Solamente el estado español no lo ratificará?, nos preguntamos con curiosidad aproximadamente malsana.

Ahora bien, hasta la presente la opinión muy mayoritaria del independentismo era que el ingreso de Cataluña en la UE “estaba chupao”. Se desconecta de España y, en un abrir y cerrar de ojos, estamos en el club. En ese patio de vecindones que es facebook circula una reproducción de un suelto de Raül Romeva, antes de irse de excursión, donde aseguraba que el ingreso del nuevo estado en la UE era cosa de “cinco minutos”.  Que nuestro excursionista hablaba metafóricamente no es cosa de dudarlo, pero cinco minutos, dichos políticamente, es una señal de inminencia. Muy en especial cuando a este caballero, que ha sido europarlamentario, se le supone una información debida.

Ahora, el candidato Mas, que siempre insinuó que el asunto se arreglaba en un abrir y cerrar de ojos, corrije el punto de mira y admite que la cosa tiene su miga, que hay un problema, que tgendrán un problema. Ignoramos, no obstante, qué ha sucedido o qué información tiene ahora el caballero que antes no dispusiese. Sea como fuere, tras haber abonado el campo independentista con “no hay problema”, al que se han sumado las almas de cántaro, ahora –de sopetón--  aparece la dificultad. Ignoramos cuándo tenía la cabeza en poder el mosto, si antes o ahora.

Sin embargo, el candidato esconde todavía una carta. Dice que “el Estado español nunca lo reconocerá”, esto es, nunca dará el visto bueno al ingreso de Cataluña en la Unión. ¿Sólo el Estado español? ¿Acaso tiene datos la diplomacia catalana de que otros estados esperan el momento para darle el placet? ¿Quiénes? ¿La Francia que gratuitamente quiere favorecer a los nacionalistas bretones, la Italia que quiere echarle una mano a los liguistas del Norte? Parece que no está muy bien informado el candidato. Nuesto hombre, sin embargo, lo que intenta decirnos es que el Estado español es el único responsable de que una aspiración de masas (eso hay que reconocerlo) se vea truncada y, de paso, achacarle otro agravio. En definitiva, otra carga lírica: todos nos quieren en Europa, excepto España. Hablando en plata: el candidato –tanto con la cabeza en poder de las uvas como sin ella--  está mintiendo a la ciudadanía, al tiempo que emborrona una reivindicación de masas con una mentira caballuna.

En todo caso, esta aparente rectificación llega tarde: el archipiélago independentista ya ha asumido (o lo finge con desparpajo) creer que eso es cosa de “cinco minutos”. Y algunos tal vez finjan que ni siquiera podrán comprobarlo.

Addenda ingenua. Por esos mundos de las redes circula una foto: los diputados de la Lega del Nord están en sus escaños con camisetas catalanas independentistas. Albricias, han dicho no pocos aquí. Tal vez no han caído en la cuenta de que esa foto no les ayuda: ni son los mejores aliados, ni habrán conseguido la amistad del Estado italiano, sino todo lo contrario. Pero, ciertamente, esto no es poesía; se trata simplemente de prosa.

Radio Parapanda. ENTRE LABORISTAS Y “COMUNISTOIDES”



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