viernes, 26 de junio de 2015

Podemos e Izquierda Unida

Pablo Iglesias el Joven ha vuelto a decir que no a Izquierda Unida. Esta vez ha sido de forma taxativamente áspera. Sin la más mínima cortesía. La respuesta es indudablemente definitiva.

La formación de Cayo Lara se caracteriza por la búsqueda de alianzas y de entendimiento con las fuerzas políticas que cree le son más cercanas.  Hasta tal punto se ha distinguido que apostó por Alberto Garzón como líder social y cabeza de cartel de las próximas elecciones generales en tanto que  elemento de relación con las organizaciones emergentes. Sin embargo, hay que convenir con realismo que ni IU ni Garzón han conseguido sus objetivos. De ahí que si IU continúa rondando a Podemos corre el peligro de ser vista como una orden mendicante. Debe apechugar, pues, con la rotunda negativa de Pablo Iglesias y prepararse sin más dilación a concurrir casi en solitario. Y llamando a la ciudadanía para que esta le evite el naufragio.

Alberto Garzón ha afirmado que «no está en entredicho que IU tenga grupo parlamentario en las próximas elecciones». Mejor que sea así, por supuesto. Pero, tal vez, no ha tenido en cuenta que en las próximas Cortes es posible que no puedan disponer de los parlamentarios de ICV –EUiA.  Precisamente mientras Pablo Iglesias iba acumulando negativas a IU estaba en negociaciones con Iniciativa, sin ir más lejos esta noche pasada. Este es un cuadro que puede llevar a IU a una situación todavía más difícil, aunque –todo sea dicho--  puede ser una tabla de salvación para Iniciativa.

Conclusión: Izquierda Unida no debería perder el tiempo. Y, si me apuran, deberían tomar una urgente decisión: dejar sin efecto la sanción colectiva a la Federación madrileña y su militancia.  Porque seguir existiendo bien vale una misa.



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