lunes, 23 de septiembre de 2013

¿CÓMO ACABARÁ «LO» DE CATALUÑA?


Homenaje a Fermín Salvochea

Amigos de ambas riberas del Ebro famoso me preguntan cómo acabará «lo» de Cataluña. Ignoro los motivos que tienen para hacerme tamaña provocación, aunque tal vez barrunto que lo hacen a sabiendas de mi carácter entrometido. Hablemos con frialdad.

Primero. En Cataluña existe una activa participación ciudadana que se expresa abiertamente (unos al margen de los partidos políticos, otros en concordancia con ellos) por la independencia. En sentido contrario, existe otra cantidad de gentes (me refiero al común de los peatones de la sociedad catalana) que hasta ahora no se ha pronunciado. En todo caso, hay algo claro: la iniciativa política está en manos de los primeros.

Segundo. Guste o no guste, las cosas están así: aunque necesiten más consenso de masas, los independentistas ya no necesitan persuadir a sus correligionarios para concretar la independencia. Sin embargo, a los llamados indecisos tienen que persuadirlos de que el gran cambio es mejor y para mejor en el sentido material de las cosas. Cosa que vale por igual para los que no somos independentistas. Así pues, es en el terreno de la «utilidad» donde se jugará la partida.

Ahora bien, veo una asimetría en lo siguiente: el factor sentimental juega más a favor de los independentistas que de los segundos. Más todavía, los primeros cuentan con que el piquete electrónico de las cavernas centralistas y de los que se enroquen en una solución racional incremente el fervor independentista. Lo que va en grave detrimento de las posiciones de quienes no lo somos.

Tercero. Insisto: la clave del problema está en la utilidad que demuestren unos u otros. Lo que viene a cuento de la necesidad de un proyecto federal de masas en Cataluña y España capaz de demostrar la mencionada utilidad. En fin, un proyecto digno de ese nombre, justamente lo contrario de un zurcido.


No hay comentarios: