domingo, 29 de septiembre de 2013

¿CATALUÑA EN LA UNIÓN EUROPEA?

Francesc Granell ha puesto los puntos sobre las íes. Nuestro hombre tiene unos ligeros defectos: es un gran almacén de conocimientos y experiencias; habla sin complejos y cree que los políticos deben hablar con punto de vista fundamentado. Granell es catedrático de Organización Económica Internacional (Universidad de Barcelona), director general honorario de la Comisión Europea y cuenta con una larga trayectoria internacional, al participar como alto funcionario de la UE en las negociaciones para la adhesión de Suecia, Finlandia y Austria. Es, además, Creu de Sant Jordi.

Pues bien, justamente ahora cuando políticos de parvulario y líderes de granada senectud afirman que el ingreso de Cataluña en la Unión Europea está cantado, sale Granell y, concienzudamente, nos dice lo que es. Así lo ha hecho en dos grandes momentos: primero, en un importantísimo documento al que hemos tenido acceso (todavía inédito) y cuya lectura puede verse en el link que ponemos más abajo; y, segundo, un anticipo del mismo papel en la entrevista que ha concedido a El País (sección Cataluña), hoy:  "Cataluña sería un Estado fallido como Somalilandia”.  


Afirmamos tajantemente que se trata de un documento canónico, cuya lectura es imprescindible para quien desee estar documentado sobre tan importantes cuestiones. O el futuro de Cataluña se construye sobre la base de rigor y veracidad o estaremos en una zahúrda donde el grito paroxístico prevalecerá sobre los argumentos. Y sin más preámbulo, damos a conocer el documento-Granell en nuestro blog para las grandes ocasiones.  Vaya raudo y conecte él:  CATALUNYA I LA UNIÓ EUROPEA. http://theparapanda.blogspot.com.es/2013/09/catalunya-i-la-unio-europea.html






martes, 24 de septiembre de 2013

EL NUEVO FEDERALISMO Y LAS TRANSFORMACIONES DE ÉPOCA

Me permito recomendar un libro de cabecera para la acción colectiva de los federalistas. Se trata de la obra canónica de Bruno Trentin “La ciudad del trabajo, izquierda y crisis del fordismo” (1). Mi recomendación se basa en lo siguiente: el autor propone una potente invitación a situar la política –la de la calle y la, digamos, institucional— en el nuevo eje de coordenadas económico, social y cultural.

Tenemos en España una abundante literatura política y académica sobre el federalismo, cuya lectura es imprescindible para hacer que el mantillo federalista se extienda y logre convertirse en un potente movimiento sociopolítico. Ahora bien, dicha literatura (a mi parecer) tiene una limitación: no está inserta en los profundos cambios y mutaciones de las sociedades contemporáneas. A grandes rasgos son los siguientes: el cambio de paradigma del fordismo –no así el taylorismo--  hacia otro estadio, la gigantesca innovación y reestructuración de los aparatos productivos y de servicios, la ruptura del pacto welfariano en el contexto de la globalización y las repercusiones de todo ello en la condición concreta de las personas de carne y hueso. De todo ello saco las primeras y provisionales conclusiones: no es posible esperar utilidad del federalismo si no se tiene en cuenta ese espectacular corrimiento de las placas tectónicas. El «nuevo» federalismo debe ser, pues, el sujeto, activo e inteligente, que intervenga en ese estadio.

Y lo debe ser porque aquello a lo que se enfrenta (las políticas neocentralistas y las nacionalistas, cada una con sus diferencias y sus coincidencias) son la expresión de su desubicación del nuevo paradigma. O, en otras palabras, el federalismo no puede competir con sus oponentes como si estuviera en una fase que para todos ha dejado de existir. Todavía más, la acción colectiva del federalismo, si quiere ser un banderín de enganche con punto de vista fundamentado necesita una radical puesta al día, una nueva planta. En la siguiente dirección: el aprovechamiento de toda la elaboración cultural que se ha hecho hasta ahora, resituada en el nuevo contexto de los cambios y transformaciones que someramente he citado.

En resumidas cuentas, este «nuevo» federalismo representaría una novedad política, una discontinuidad histórica con un proyecto de largo recorrido.  Esta es la preñez que planteo.         


(1) Bruno Trentin. La ciudad del trabajo, izquierda y crisis del fordismo. Editada en castellano por http://metiendobulla.blogspot.com.es/ y en formato papel por la Fundación 1º de Mayo, en la traducción de José Luis López Bulla. La Cité du travail, le fordisme et la gauche, en Poids et mesures du monde, traducida por Jérôme Nicolas con prólogos de Jacques Delors y Alain Supiot. O bien en el original italiano La città del lavoro, sinistra e crisi del fordismo (Feltrinelli).    


lunes, 23 de septiembre de 2013

¿CÓMO ACABARÁ «LO» DE CATALUÑA?


Homenaje a Fermín Salvochea

Amigos de ambas riberas del Ebro famoso me preguntan cómo acabará «lo» de Cataluña. Ignoro los motivos que tienen para hacerme tamaña provocación, aunque tal vez barrunto que lo hacen a sabiendas de mi carácter entrometido. Hablemos con frialdad.

Primero. En Cataluña existe una activa participación ciudadana que se expresa abiertamente (unos al margen de los partidos políticos, otros en concordancia con ellos) por la independencia. En sentido contrario, existe otra cantidad de gentes (me refiero al común de los peatones de la sociedad catalana) que hasta ahora no se ha pronunciado. En todo caso, hay algo claro: la iniciativa política está en manos de los primeros.

Segundo. Guste o no guste, las cosas están así: aunque necesiten más consenso de masas, los independentistas ya no necesitan persuadir a sus correligionarios para concretar la independencia. Sin embargo, a los llamados indecisos tienen que persuadirlos de que el gran cambio es mejor y para mejor en el sentido material de las cosas. Cosa que vale por igual para los que no somos independentistas. Así pues, es en el terreno de la «utilidad» donde se jugará la partida.

Ahora bien, veo una asimetría en lo siguiente: el factor sentimental juega más a favor de los independentistas que de los segundos. Más todavía, los primeros cuentan con que el piquete electrónico de las cavernas centralistas y de los que se enroquen en una solución racional incremente el fervor independentista. Lo que va en grave detrimento de las posiciones de quienes no lo somos.

Tercero. Insisto: la clave del problema está en la utilidad que demuestren unos u otros. Lo que viene a cuento de la necesidad de un proyecto federal de masas en Cataluña y España capaz de demostrar la mencionada utilidad. En fin, un proyecto digno de ese nombre, justamente lo contrario de un zurcido.


sábado, 21 de septiembre de 2013

EL PAPA FRANCISCO Y EL DINOSAURIO

EL DINOSAURIO SIGUE AHÍ
 Paco Rodríguez de Lecea

 Cómo no voy a alegrarme de las recientes declaraciones del papa Francisco, José Luis. Importan mucho, en efecto, porque quien las ha hecho es el papa, el hombre que tiene (“tendría”, en condicional, es un tiempo verbal preferible para quienes nos movemos en el terreno de lo sensato y lo razonable en este tema, como señalas en EL INCOREGIBLE PAPA FRANCISCO, aludiéndome quizás, o no, a mí entre otros), tiene, digo, el poder de atar y desatar en el entorno intramundano, un poder delegado por el mismo Dios, sea éste quien sea (1).


 Hay un asunto que me regocija en particular, el de las mujeres. La misoginia es una de las lacras más apestosas que acarrea la iglesia desde los siglos de los siglos. Si se innova algo sustancioso en este sentido a partir del pontificado de Francisco, será un progreso neto. También se ha referido el papa, aunque entiendo que de un modo bastante más oblicuo y matizado, a la comunidad de los homosexuales. Son asuntos que la iglesia católica (y el judaísmo, y el islam) deberían ventilar deprisa, porque si la religión ha de tener un sentido, éste no es nunca abstracto, sino referido en cada momento a la sociedad realmente existente. Una religión desajustada en relación con los valores y las expectativas de la sociedad en la que vive, está condenada a la obsolescencia, como de forma certera ha señalado Karen Armstrong en un libro impresionante: “Una historia de Dios” (Paidós, 1995).

 Ahora bien, Francisco ha hablado, no ex cathedra, sino ex Civiltà Cattolica. Era lógico empezar a plantear temas polémicos de esta forma, jugando en campo propio (el de los jesuitas) como quien dice. Pero ese es el inicio de un largo camino a recorrer, y para ganar la Copa será necesario meter más de un gol en campo contrario. Un papa tiene mucho poder dentro de la iglesia, pero también tiene dependencias, compromisos y fragilidades derivadas de su condición humana (piensa por ejemplo en el papa Luciani). Intuyo que para arreglar el cotarro de forma más o menos permanente será necesario otro concilio, por lo menos, y eso son palabras mayores. 

 Es igual. No es mi intención aguar el vino. Si Francisco necesita para algo nuestro apoyo moral, aquí lo tiene. Sólo quiero recordar que la iglesia católica sigue siendo un dinosaurio. Y, parafraseando a Augusto Monterroso: «Cuando el papa Francisco despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.»


(1) Nota del editor. Sabemos a ciencia cierta que los aludidos eran dos, y solo dos: Joan Francesc Pasqual y Daniel Delgado, dirigentes sindicales de CC.OO. Bancario el primero y gráfico el segundo. 

viernes, 20 de septiembre de 2013

EL INCOREGIBLE PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco ni se va por las ramas ni anda con chiquitas. Su lenguaje es directo, alejado de lo eufemístico y, como su compatriota Messi, va directo a la portería. Sin embargo, lo importante es el contenido del discurso de este cura. Las novedades de la doxa de este caballero las pusimos de manifiesto, en una primera apoximación, Gabriel Jaraba (de profesión religiosa anglicana) y un servidor en dos entradas en este mismo blog (1). En tales escritos reflexionábamos sobre lo dicho y las posibles líneas de tendencia que podrían abrir. Entiendo que lo hicimos arriesgadamente y libres de los prejuicios de algunos amigos nuestros que, tan sensata como razonablemente, esperaban ver hacia dónde se orientaba el nuevo Papa. Hicimos bien todos: Jaraba y yo mismo no podíamos abstraernos del desafío que lanzaba el cura; nuestros amigos (especialmente los que habían tenido, tiempo atrás, un compromiso de militancia cristiana) diríamos que estaban escarmentados de tantas fugaces apariciones en la Iglesia de figuras que, a las primeras de cambio, giraron en dirección opuesta. La entrevista íntegra del Papa Francisco a La Civiltà Cattolica confirma, primero, que algo se está moviendo en Roma y, segundo, que sería poco sensato minusvalorar su contenido y las líneas tendencias que se desprenden.

Francisco es, no hace falta repetirlo, un hombre de fe. Pero, simultáneamente, enjuicia los problemas del mundo contemporáneo desde una laicidad que significa una discontinuidad en la historia del papado. Y lo hace enfrentándose a una buena porción de prelados de alta mitra y curas de olla de todo el orbe. Lo dicho: a cuerpo juncal y sin los meandros sintácticos de los papas renancentistas, cuyo último exponente ha sido Ratzinger.  Con la misma contundencia de su mentor y cofrade de orden religiosa el cardenal Martini.

Alguien ha insinuado que Francisco hace un ajuste de cuentas a los históricamente competidores de los jesuitas, esto es, al Opus Dei. ¿Y qué si fuera así? Sea como fuere no sería de extrañar que lo que está en juego es hacia dónde se inclina la relación de fuerzas intelectuales: si a las posiciones ultramontanas adversas a la laicidad y al humanismo (sobre todo al humanismo) o hacia el discurso “franciscano”.

El cura Bergoglio ha dicho que «nunca fue de derechas». Me imagino a los políticos de secano con un ataque de ictericia. Los políticos de izquierda deberían responder que  con Francisco hic manebimus optime.  Seguiremos hablando: Jaraba y un servidor constatando que nuestra arriesgada primera reflexión tenía cierto fundamento; nuestros interlocutores tendrían que seguir meditando. Les propongo un encuentro al respecto en el salón de actos del casinillo Joaquín de Fiore, sito en Parapanda (calle Alfonso Comín esquina a la plaza Marcelino Camacho).  




martes, 17 de septiembre de 2013

EL DERECHO A DECIDIR NO PUEDE SER PARCELADO

Primero. En cierta ocasión se introdujo en el Parlament de Cataluña un proyecto de ley de iniciativa legislativa popular. El grupo parlamentario de Convergència i Unió se opuso radicalmente. El argumento que dieron muy significativo: «¿Qué queréis, que los de Comisiones Obreras nos estén incordiando recogiendo firmas a mansalva?». Eran los mismos que ahora se llenan la boca con el derecho a decidir. Eso, un derecho a decidir demediado, pues la mayoría de las grandes materias (económicas y sociales) quedan excluidas.

Pues bien, ahora que el derecho a decidir ha calado en importantísimos estratos de la sociedad catalana ¿no es el momento de pugnar por extenderlo? En ese sentido sería conveniente que ese amplio movimiento que, insistentemente, se está pronunciando por ese derecho explicite con claridad que no puede estar confinado sólo en la consulta sobre el futuro de Cataluña. Por otra parte, ese planteamiento puede ser un punto de conexión con el resto de España. Y hablando en plata: obligar a Rajoy y Mas a que se retraten en esa dirección. 

Segundo. Parto de lo siguiente: el Estado de las Autonomías está bostezando y, a mi juicio, ha perdido el impulso propulsivo, tal vez definitivamente, que tuvo en sus mejores momentos. Seguir adelante con los bostezos no puede deparar nada conveniente. El dilema es: o la renacionalización --que desean mayoritariamente las derechas centralistas y determinados sectores de izquierdas—aunque con notable incidencia en la opinión pública o un nuevo pacto constitucional, que pusiera las bases de un Estado federal, que tiene el inconveniente de la inexistencia de un movimiento federalista en España. En resumidas cuentas, hay una derecha centralista y una izquierda con déficit de federalismo. Así están las cosas.

Ahora bien, más tarde o más temprano habrá una reforma de la Constitución. Lo único que no sabemos es los kilómetros que tiene esa línea curva. Y comoquiera que estamos avisados de muchas cosas, parece pertinente insinuar que la sociedad debe tener un protagonismo, activo e inteligente, a la hora de elaborar la Carta Magna, esto es, ese importante «derecho a decidir». De ahí que la consulta catalana, en los términos que hemos planteado en  ¿QUÉ HACEMOS CON «LO» DE CATALUÑA?, deba ser visto como un anticipo de lo que deberíamos hacer en toda España, sea cual fuere el resultado de la consulta catalana. Naturalmente, estamos hablando de un derecho no demediado: sólo referido a los huesos mientras otros se comen la pechuga.  




Radio Parapanda. Antonio Baylos en EL INICIO DE LA DÉCADA DE LOS 90 (VEINTE AÑOS ATRÁS)



domingo, 15 de septiembre de 2013

¿QUÉ HACEMOS CON «LO» DE CATALUÑA?

Me pasa casi lo mismo que a Norberto Bobbio. Preguntado el maestro turinés sobre el patriotismo italiano respondió que sólo se emocionaba cuando veía en un pueblecito una estatua de Dante (1). A un servidor le ocurre lo mismo cuando ve en Fuentevaqueros la efigie de García Lorca. Pero igual sensación he tenido en Italia viendo la figura de Verdi o en París la de Voltaire (a pesar de algunas de sus cosas) o en Barcelona ante la estatua de Francesc Layret, abogado defensor de los trabajadores, asesinado en 1920 por los pistoleros de la patronal catalana.

Mi relación con la patria es, pues, un tanto particular, pues no se basa en la historia, los símbolos ni otros convencionalismos. Es una consecuencia, me imagino, de la educación internacionalista que recibí. Hablando en plata: no soy nacionalista, ni racionalmente tengo patria alguna. Alto ahí, cosa bien distinta es que, administrativamente, la necesite para la cartilla sanitaria y otros menesteres del pan nuestro de cada día.

En consecuencia, mis relaciones con España o, por poner el caso, con Cataluña es –si se me permite la altisonancia— de tipo intelectual. Y, por lo tanto, alejada de los sentimientos al uso. De ahí que el complicado litigio que una parte importantísima de Cataluña tiene con “España” (y viceversa) lo vea con unos ojos muy distantes de la pasión de unos y otros. Quede claro: no es cosa de equidistancia sino de maneras de ver la situación. Lo peor de todo ello es que corres el riesgo de que te crucen la cara tanto los romanos como los cartagineses.

Por eso, afirmo fríamente que el enconamiento, que posiblemente no tenga marcha atrás, no puede (no tendría que) avanzar más o, si se quiere, mucho más: hay que llegar a un acuerdo que, aunque no dé satisfacción a todos –o a casi todos--  signifique el apaciguamiento. La hipótesis de salida de esta situación pasa por mecanismos inéditos. O, incluso, heterodoxos.

No ignoro quiénes son, a mi parecer, los responsables (de ayer y de hoy) de esta confrontación, pero entiendo que la política tiene que resolver hoy el problema poniendo el suficiente énfasis en la solución “heterodoxa” del problema.  Las responsabilidades de unos y otros en toda esta historia las dejo para otra ocasión.  Porque no es buen método proponer soluciones y, paralelamente, cantarle las cuarenta a los dos luceros del alba.

Así las cosas, es preciso saber con aproximada exactitud cuál es la relación de fuerzas, entendida ésta (no tanto la voluntad de las fuerzas políticas) sino qué opina el común de los mortales de Cataluña. Las imponentes manifestaciones de masas de los dos últimos 11 de Setiembre son una muestra, pero todavía no son la muestra al completo de dicha relación de fuerzas. Lo que nada tiene que ver con la fútil declaración de las “mayorías silenciosas”, que sólo es un banal recurso retórico cuando no se sabe decir (o se es incapaz de decir) algo con fundamento.

La «salida heterodoxa» pasa, hoy por hoy, por una reforma de la Carta Magna. La razón es ésta: Mariano Rajoy y Artur Mas no pueden dar solución al problema si se mantiene el actual marco normativo. De manera que es obvio, en mi opinión, remover el obstáculo institucional (real o aparente) que tapona la salida del conflicto. Esta reforma constitucional debería conducir a un Estado federal.

Decir que todo tiene que solucionarse según la ley actual equivale a negar que «leyes derogan leyes» en democracia. Esto es, que las novaciones legislativas se hacen necesarias cuando lo que hay ya no sirve para resolver las situaciones de cualquier índole. Hablando en plata: la ley es un artificio contingente que tiene un recorrido útil hasta que entra en contradicción con lo que emerge de la sociedad.

Por lo demás, puede gustar o no que: 1) sea necesaria una consulta para aclarar la relación de fuerzas; y 2) que la mencionada consulta –o comoquiera que se le llame--  se haga a la sociedad catalana. Pero, tanto si gusta como si no, es lo único racional posible. Ir por otro camino es favorecer una salida unilateral que complicaría mucho más las cosas: entraríamos en un zafarrancho permanente de considerables consecuencias.  

Por otra parte, la consulta requiere dos requisitos políticos de primera magnitud: uno, una pregunta clara y sin equívocos a la sociedad catalana; dos, que ambas partes se comprometan a aceptar el resultado de la misma, fuera cual fuera la respuesta ciudadana; lo que comporta que si gana la independencia, el Estado español debería comprometerse a que la “nueva Cataluña” tenga las puertas abiertas en las instancias supranacionales, incluida la Unión Europea.     
Ahora bien, en ambos casos, las fuerzas políticas catalanas no pueden escurrir el bulto, esto es, dejar de posicionarse sobre qué salida proponen: si continuar en España o la separación definitiva.

«Una pregunta clara y sin equívocos a la sociedad catalana», ya que la indefinición (o trucar la pregunta) sería echar más leña al fuego así “en Madrid como en Barcelona”.

Viendo las cosas racionalmente –especialmente la consideración de que la consulta debería afectar sólo «a la sociedad catalana»--  es irrelevante que guste o que no guste, que pueda crear insatisfacciones en ambos lados del Ebro famoso. Otra cosa es que sentimentalmente pueda sentirse como un drama, pero ya hemos dicho que lo mío no son los sentimientos sino la solución de los problemas. Pero hay algo más de no menor importancia.  Las fuerzas políticas y movimientos que son partidarios de la independencia deberían dejar meridianamente claro qué tipo de nuevo Estado se quiere, por ejemplo, qué relación debería existir entre público y privado y otras cosas de gran interés. No vale decir, la independencia a palo seco. Más todavía, sea cual fuere el resultado de la consulta, parece claro que este método (consultar a la ciudadanía) debe ser una práctica reglada para acontecimientos de gran interés en materias económicas y sociales.      

Llamo la atención sobre el argumento que dejó dicho Felipe González recientemente (y que sostienen algunos queridos amigos míos no catalanes): en el caso de una consulta en Cataluña yo quiero votar, porque yo luché en aquellos tiempos por las libertades de aquel país. Eso no vale en política, quiero decir que “racionalmente” no vale en política. No hay, en estos casos, deudas históricamente dadas en política; no hay facturas pendientes.  

No quiero dejar de añadir lo siguiente: defenderé en la consulta, si se produce, que Cataluña forme parte de una España federal. Es lo que, al margen de sentimentalismos, me parece más racional.

Punto final. Esperemos que lo dicho por el famoso secretario florentino no se dé en esta ocasión: [que] «los hombres, por lo común, no entienden cómo va el mundo, y a menudo cometen errores gravísimos, que son mayores cuanto más importante es lo que se traen entre manos» (2). Que, por inclusión, es cosa que me puede afectar a mí mismo. 


(1) Norberto Bobbio / Maurizio Viroli, Dialogo intorno alla Repubblica (Editori Laterza, 2001) 


(2) Nicolás Maquiavelo: Discursos sobre la primera década de Tito Livio. (Libro Tercero, capítulo 6, Alianza Editorial, 2012) 

jueves, 12 de septiembre de 2013

ALSTOM: ¿UN PROCESO DE INVOLUCIÓN DEL MANAGEMENT?

Importa reflexionar sobre el siguiente fragmento que aparece en el importante estudio que colectivamente han elaborado las secciones sindicales de CC.OO., UGT y el Comité de empresa de Alstom* (Santa Perpétua de Mogoda), concretamente el que hemos puesto en cursiva.

Dicen los autores: Lo que pretende Alstom es establecer una plataforma exportadora, que algunos economistas han llamado “exportación subordinada”, en la que las bases de la competitividad se asientan sobre productos de “bajo coste”, o procesos de devaluación interna derivados de la degradación de las condiciones de trabajo, y no en la capacidad para generar y desarrollar productos con alto “valor añadido”.   Con ese plan los técnicos e ingenieros pierden profesionalidad y capacidad de gestión, se encuentran cada vez más marginados de los centros de decisión y pasan de ser “protagonistas dependientes” a meros ejecutores de órdenes. El “centro” (la casa matriz), fija la estrategia de mercado, las condiciones laborales y los mecanismos de gestión interna: el “centro” innova, inventa, diseña y la “periferia” produce a bajo coste y ejecuta las órdenes recibidas. Cada vez más se alejan los centros de decisión y las necesidades/exigencias/condiciones del mercado local quedan subordinadas a la estrategia del “centro”. (Fin de la cita, que diría aquél)

En verdad es sorprendente que una empresa, considerada moderna, Alstom,  mantenga (y extienda a estos sectores profesionales) las viejas prácticas del taylorismo, justamente cuando los procesos de innovación de los aparatos han puesto en entredicho el rígido ordenamiento jerárquico que preside el sistema de organización del trabajo del ingeniero norteamericano. Es más, cuando dicha innovación exige obtener de los trabajadores (de todas las categorías) los más amplios niveles, incluso ejecutivos, de participación activa en el gobierno de los procesos de los flujos productivos que ya no están predeterminados por las tecnologías de la vieja producción estandarizada de masas. Sí, es sorprendente que, también en Alstom, reaparezca la metáfora taylorista del «mono amaestrado». Que tampoco quiera darse cuenta (o hace como si tal cosa) de que la vieja división del trabajo entre investigación, proyecto  y ejecución ha entrado en crisis definitiva.

Por lo demás, un proyecto de auto reforma sindical pasa, también, por el establecimiento de una práctica que incorporara a los técnicos al sindicalismo confederal.  Téngase en cuenta que, tras la ruptura del “pacto de fidelidad” entre empresa y personal técnico, éste tiene los mismos problemas que el resto de los trabajadores de la plantilla.    

Con relación a la primera parte de la cita (esto es, que «las bases de la competitividad se asientan sobre productos de “bajo coste”, o procesos de devaluación interna derivados de la degradación de las condiciones de trabajo, y no en la capacidad para generar y desarrollar productos con alto “valor añadido”») me remito a lo dicho por un sabio, Francesc Granell, en su ya famoso artículo La exportación subordinada. Aclaremos que Granell no es un rojo peligrso sino uno de los académicos más prestigiosos de nuestro país. 


En fin, todo indica que la lidership de Alstom ha involucionado, al menos si se la compara con los tiempos de mediados de la primera década de este siglo que fue pionera de no pocas empresas (transnacionales o no) en España renovando no pocas cuestiones de la negociación colectiva.   


* Centro de trabajo y sindicato: Alstom en  http://lopezbulla.blogspot.com.es/2013/09/centro-de-trabajo-y-sindicato-alstom_11.html

miércoles, 11 de septiembre de 2013

CENTRO DE TRABAJO Y SINDICATO: ALSTOM

Nota del blog.--  Con este estudio, elaborado por las secciones sindicales de CC.OO, de Ugt y el comité de empresa de Alstom (Santa Perpétuda de Mogoda), seguimos nuestra serie “Sindicato y centro de trabajo”, que tiene como números anteriores: MICHELIN: trabajar menos para trabajar todos, por José Ignacio Léniz  y Joaquín González;  NISSAN: ¿UN MODELO PARA LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA? por Javier Pacheco; y   CENTRO DE TRABAJO Y SINDICATO: FIAT de Umberto Romagnoli.



El metro de Riad:  Una gran oportunidad para el futuro de la Unidad industrial de Alstom Transporte Santa Perpètua (ATSP) y para Alstom Transporte en España. El Proyecto Metro de Riad

 El pasado 29 de julio Alstom Transporte anunciaba, en nota de prensa, la adjudicación de un proyecto de metro llave en mano para la ciudad de Riad, en el reino de Arabia Saudí. Alstom forma parte de un consorcio liderado por la constructora española Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) que ha recibido la carta de adjudicación de un contrato cuyo presupuesto asciende a 6.000 millones de €, de los que corresponden a Alstom Transporte 1.200 millones de € por el suministro de 69 trenes, así como el sistema automático de señalización de metro sin conductor para equipar tres de las seis líneas de la ciudad. La firma del contrato está prevista para finales de septiembre. El proyecto liderado por FCC ha sido ofertado con la tecnología ferroviaria de Alstom Transporte, basada en los trenes de la S-9000 del metro de Barcelona que se están suministrando para las redes de metro de Panamá, Santo Domingo y Lima y que fue diseñada y desarrollada en la fábrica de Alstom Transportede Santa Perpètua de Mogoda. Dado el liderazgo español del proyecto y el referente tecnológico del Metro de Barcelona, parece lógico que la parte correspondiente al material ferroviario (metros) fuera fabricado en la Unidadde Santa Perpètua. 

Antecedentes. Los sacrificios de los trabajadores para convertir ATSP en una Unidad exportadora del grupo


Para situarnos en las mejores condiciones para entender el momento actual, es conveniente recordar que Alstom Transporte Santa Perpètua y la Representación Social de los trabajadores acordamos los ERE´s de 15 de julio de 2010 y de 3 de agosto de 2011, que significaron una granreducción de puestos de trabajo, con la afirmación estratégica del grupo de posicionar la fábrica de Santa Perpètua como centro exportador. La Representación Social y la Plantilla aceptamos adecuar el dimensionamiento de la Unidad a la contratación existente en esos momentos (reducir el número de empleados) con la condición de hacer competitiva la fábrica para “tener oportunidades” y crecer en empleo cuando se reactivara el mercado exterior. 


El mercado exterior se ha reactivado: trenes cercanías para Chile; tranvías para Nottingham, diferentes ciudades rusas y argelinas; metros de Lima, Panamá, Santo Domingo, etc.,..); ahora estamos esperando que Alstom Transporte cumpla con los compromisos y con el crecimiento del empleo. La Unidad de Santa Perpètua está, pues, en condiciones de  actuar como centro exportador del Grupo Alstom en proyectos de referencia y posicionada técnicamente para cumplir cualquier tipo de pedido de material ferroviario. La estrategia de AlstomTransporte Alstom Transporte, cuando conoció las posibilidades reales de conseguir el contrato de referencia, adoptó la posición industrial de que puede ser “una excelente oportunidad para imponer el plan de reconversión industrial (PI)”,que se venía intentando desde meses antes (después de losEREs), para convertir la fábrica de Santa Perpètua en un centro de bajo coste y mucha flexibilidad. Lo malo de este plan son las repercusiones negativas sobre la capacidad de innovación y generación de ingeniería de diseño y la ausencia de definición y compromiso en relación a incorporar “productos” con valor añadido. Además, nos preocupan también las consecuencias de la sustitución de trabajo fijo y de calidad por temporalidad y precariedad y de personal con cualificación por personal sin formación adecuada para el sector. Es decir la transformación paulatina de un centro industrial “activo”, con personal fijo de alta cualificación, por un “taller de montaje” que externaliza los componente de producción con mayor valor añadido y precariza el empleo. 

Lo que pretende Alstom es establecer una plataforma exportadora, que algunos economistas han llamado “exportación subordinada”, en la que las bases de la competitividad se asientan sobre productos de “bajo coste”, o procesos de devaluación interna derivados de la degradación de las condiciones de trabajo, y no en la capacidad para generar y desarrollar productos con alto “valor añadido”.   Con ese plan los técnicos e ingenieros pierden profesionalidad y capacidad de gestión, se encuentran cada vez más marginados de los centros de decisión y pasan de ser “protagonistas dependientes” a meros ejecutores de órdenes. El “centro” (la casa matriz), fija la estrategia de mercado, las condiciones laborales y los mecanismos de gestión interna: el “centro” innova, inventa, diseña y la “periferia” produce a bajo coste y ejecuta las órdenes recibidas. Cada vez más se alejan los centros de decisión y las necesidades/exigencias/condicionesdel mercado local quedan subordinadas a la estrategia del “centro”. 

 Denunciamos con toda contundencia el chantaje que supone el planteamiento de la Dirección de Alstom Transporte en el sentido que la adjudicación del proyecto para la fabricación y suministro de los 69 trenes para el Metro de RIAD está supeditada a la aceptación por parte de la Representación Social y la Plantilla de los planteamientos recogidos en el PRI. Alstom Transporte argumenta que de no aceptarse las condiciones, que la Dirección quiere imponer, la fabricación se traslada al centro de “bajo coste” de AlstomTransporte en Katowice (Polonia). La Dirección de la Empresa acusa a la Representación Social (Comitéde Empresa y las Secciones Sindicales de CCOO y UGT) de poner en peligro la creación de unos 900 puestos de trabajo. 

La estrategia empresarial es clara: desprestigiar a la Representación Social. La Dirección carga contra la Representación Social toda la responsabilidad de la negociación con manifestaciones como .... “es la Representación Sindical,con su intransigencia, la que pone en peligro el futuro de la Unidad y la creación de los 900 puestos de trabajo” y no dice que quién ha elaborado la estrategia es ella y que es la máxima responsable de esta situación. La posición de la Dirección, con una fuerte carga demagógica, oculta la complejidad de la negociación y adjudica responsabilidades de forma sesgada y simplista. Utiliza la línea argumental de moda ... “son los sindicatos lo que ponen en peligro la viabilidad de las Empresas”... y, de esta manera, oculta sus carencias en la gestión. Posicionamiento sindical El trabajador debe intervenir en el proceso productivo como parte activa de dicho proceso y es simple el argumento de vincular estrictamente la competitividad a costes salariales. Estamos absolutamente convencidos que la competitividad basada solamente en el “bajo coste” (salarios bajos y precarización laboral) no tiene recorrido: hoy se fabrica el producto y mañana vuelve a aparecer el fantasma de la “deslocalización”. Siempre habrá dentro de la estrategia de la multinacional una Unidad más “barata” para fabricar el producto. 

 La estrategia de la Empresa solo se frena disponiendo de productos propios que incorporen “valor añadido” y con capacidad para la gestión de los proyectos, condición necesaria, no siempre suficiente, para garantizar la continuidad de una Unidad productiva. Para apoyar lo anteriormente reseñado es útil acudir a la experiencia y a la cultura industrial de los trabajadores. La experiencia nos dice que, en el presupuesto de fabricación de material móvil ferroviario, el coste de la Mano de Obra Directa (MOD) no llega al 15% del total. El resto del coste es ingeniería, acopio de materiales, optimización de la “externalización”, costes logísticos, el transporte, la gestión de proyectos, etc. ... La competitividad, lo que podríamos denominar como “localización competitiva”, está ligada a factores de una cierta complejidad, citemos algunos: las ventajas logísticas de un territorio ligada al transporte y a la distribución, el atractivo del territorio sobre profesionales del I+D, los procesos de concertación entre las administraciones públicas, los agentes sociales y el sector privado, las sinergias del territorio (cadenas y redes productivas, redes de proveedores), la convergencia entre las estrategias de las empresas transnacionales y los territorios nacionales donde operan… Resumiendo, aceptar sacrificios sin obtener garantías y compromisos para que una parte de las decisiones, la capacidad de generar ingeniería propia y la gestión de proyectos se mantenga en la Unidad de Santa Perpètua sería un gravísimo error que pondría en peligro la continuidad de la Unidad a corto y medio plazo. 

¿Qué proponemos sindicalmente?


 Seguir negociando. No es lógico como se está realizando la negociación imponiendo la Representación Empresarial ritmos y (varias) fechas límites utilizando el falso argumento de las urgencias. La urgencia de la Dirección está basada en un proyecto que tiene un plazo de desarrollo y ejecución de 36 meses para la entrega del primer tren, cuando lo habitual para la entrega de un prototipo de estas características son de 18/24 meses, y más aún en este caso derivado de un proyecto base ya desarrollado: la serie 9000 del metro de Barcelona. Es importante conseguir la mediación “activa” de las administraciones, española y catalana, considerando que el proyecto está liderado por un constructor español FCC, y la tecnología ferroviaria (material móvil) ofertada inicialmente se ha desarrollado en la Unidad de Santa Perpètua. Por todo lo anterior exigimos con urgencia al Govern de Catalunya que no se subordine a los intereses de la multinacional y que por “dignidad nacional”, argumento que tanto utiliza el Govern, defienda los intereses de la industria catalana. 

No nos parece de recibo que, desde fuera de Catalunya, se imponga una estrategia industrial que daña a nuestro País, que supone la descapitalización tecnológica de una industria estratégica como la ferroviaria y que, desde el Govern de la Generalitat de Catalunya, se acepte de forma “acrítica” esta imposición. La defensa de la soberanía de Catalunya pasa principalmente por defender su industria y su tecnología. Exigimos al Gobierno Central, (desaparecido hasta el momento presente), el final de la estrategia suicida de “inversión cero”, fundamentalismo liberal que nos está llevando a corto plazo a poner en riesgo el futuro del Sector Ferroviario que se considera estratégico, y a la pérdida de miles de puestos de trabajo, al envejecimiento del material y el deterioro de la seguridad ferroviaria.


 El proyecto metro Riad, es para la prensa “adicta” al PP, un ejemplo de la tan cacareada “marca España”, ¿por qué fabricar en Polonia, lo que se ha diseñado y proyectado en Barcelona? El manipulado argumento de la “tasa horaria” La Dirección de la Empresa utiliza la diferencia de tasa horaria entre el centro de Santa Perpètua y el centro de Katowice para intoxicar a la opinión pública. Cuando se comparan las “tasas horarias” de las Unidades se hace desde la manipulación, interesada, de no tener en cuenta la repercusión del “efecto volumen de cargas de trabajo”. Es decir el impacto sobre la tasa horaria de un incremento sustancial de la carga de trabajo. Si a Alstom Transporte Santa Perpètua se le adjudicara el proyecto Riad su volumen de carga de trabajo podría llegar a las 1.250.000 horas anuales (frente a los actuales 400.000 horas)lo que supondría, según datos de la propia Dirección, una reducción del 30% de la tasa horaria (esta pasaría de los 49,15€/hora actuales a 35€/hora). 


 La Dirección de la Empresa no dice la verdad cuando asegura que nuestros costes salariales son mucho más caros, ocultando que en una Unidad sin carga de trabajo y al 40% de su capacidad el “efecto volumen” falsea absolutamente la tasa horaria. Una negociación abierta, en el marco de nuestro VIII Convenio Colectivo ,que finalizara con un Acuerdo sobre: vigencia, clasificación profesional, flexibilidad, etc ,etc, (negociación no impuesta, como hemos dicho, acordada y sometida a seguimiento a través de la Comisión Paritaria para el cumplimiento de los contenidos de la misma)nos acercaría a una tasa horaria absolutamente competitiva, sin duda la más barata de los centros de Alstom en la Europa Occidental (Francia, Alemania, Italia,..) que se mueven entre 50 y 60 €/hora. Pero repetimos, la competitividad de Alstom Transporte Santa Perpètua no se puede hacer, ni se debe, exclusivamente sobre la reducción de costes salariales; eso dejaría el futuro de la Unidad condicionada al factor “bajo coste” y sometido a la presión constante de la deslocalización. 

 Fabricar “barato” no asegura el futuro de una Unidad industrial de material ferroviario, donde los factores de competitividad son muchos y más complejos que en otros sectores industriales, por ejemplo que en el sector de la automoción donde las cadenas de producción son más “seriadas” y donde todavía prevalece una cierta cultura “fordista”. Será pues necesario reactivar los mecanismos de participación y corresponsabilidad, que permitan que los trabajadores, a través de sus Representantes Sindicales, sean protagonistas en la negociación de las nuevas condiciones industriales y del incremento de la competitividad sobre las bases anteriormente apuntadas. No hay competitividad sin tecnología. Consideraciones estratégicas Consideramos que, tanto desde el punto de vista técnico como económico, la Unidad de Santa Perpètua está mucho más preparada que Katowice para construir el metro de Riad y que, incluso, el margen de beneficio sería mayor. Los argumentos que demuestran lo que decimos es que en Santa Perpètua no habría que hacer inversiones importantes para garantizar la fabricación y su calidad de ejecución. La ingeniería y la gestión de proyecto ofrece más garantías, el proyecto base se ha “diseñado” en la Unidad de Santa Perpètuay este es considerado, dentro del grupo, como un centro de “excelencia”. Por costes y tecnología la Unidad de Santa Perpètuaes el centro más idóneo. 


¿Cuál es pues el problema?. Para Alstom Transporte el proyecto Riad es una gran “oportunidad” de imponer una experiencia piloto en la Unidad de Santa Perpètua, transformándola en una Unidad de alta “flexibilidad” y de “bajo coste”. Además pretende debilitar la unidad de los trabajadores y la iniciativa sindical de la representación Social, así como los mecanismos de “información y consulta y participación” que permiten una cierta intervención y seguimiento en la gestión que realiza la dirección de la empresa y, de paso, aprovechar la coyuntura para reforzar la debilitada credibilidad actual dela Dirección de la Unidad. Credibilidad perdida, a todos los niveles, tras los reiterados incumplimientos de los compromisos alcanzados, especialmente en el marco de los Expedientes de Regulación y de los diferentes Planes Industriales. También por la percepción de los Trabajadores de la Unidad de Santa Perpètua de que tienen una Dirección que no cree en las posibilidades ni en el futuro de la Unidad y un “estilo” de liderazgo que crea desafección entre la plantilla. 

Consideraciones finales


Los trabajadores de Santa Perpètua no renunciamos a suministrar los 69 trenes del material móvil del metro de Riad, proyecto con tecnología desarrollada en la Unidad de Santa Perpètua y adjudicado a una empresa española como es FCC, pero queremos hacerlo desde la garantía de asegurar el futuro de la Unidad. Futuro que solo estará garantizado si existe la disponibilidad de ingeniería propia para determinados tipos de proyectos (trenes cercanías/CIVIAS, metros automáticos/Metrópolis, tranvías/CITADIS,..), capacidad de diseño que incorpore valor añadido a esos productos, así como la responsabilidad para la “gestión de esos proyectos”. Todo ello exigirá un Acuerdo en el Marco del convenio colectivo. En resumen con la participación activa entre la dirección y los trabajadores en todos los procesos de fabricación e industriales. El metro de Riad es una gran oportunidad para reforzar que la Unidad de Santa Perpètua sea un centro industrial con futuro. Es decir, con trabajadores profesionalmente cualificados con protagonismo en la producción y no meros comparsas en la cadena, con productos de calidad diseñados por la ingeniería de la Unidad que incorporen valor añadido y manteniendo las condiciones de trabajo conquistadas a través de la lucha de los trabajadores en las últimas décadas… Reafirmamos nuestra voluntad negociadora (sin imposiciones), prosiguiendo en base a lo tratado en la reunión del día 17 y 18 de julio. Si no es así y persiste la actitud actual, plantearemos las respuestas de Movilización más oportunas que consideremos.

06/09/2013 CCOO, Comité de Empresa, UGT

lunes, 9 de septiembre de 2013

LA POQUEDAD DE LAS DERECHAS ESPAÑOLAS

Antonio Gramsci escribió un agudo ensayo, La formación de los intelectuales que  todavía no ha envejecido.  No estaría mal que se siguieran las pistas que señala nuestro amigo italiano para conocer cuál es el origen de «la formación de los políticos» españoles.  De llegarse a unas conclusiones medianamente serias podríamos explicarnos no pocas cosas de la calidad de la política en nuestro país así de la derecha como de las izquierdas.

Entiendo que hubo un momento que pudo ser la ocasión para abrir esa investigación. Fue cuando la condesa consorte de Bornos, doña Esperanza Aguirre, dijo no conocer a Sara Mago (sic). La entonces presidenta del Senado apareció como una indocumentada y, desgraciadamente, sólo provocó con su respuesta los celebrados chascarrillos de los mentideros políticos e intelectuales.

Pues bien, las respuestas de Mariano Rajoy, el Empecinado Chico, y otros exponentes de las derechas españolas ante cualquier situación explican en parte la cutrez intelectual de nuestras élites dirigentes. La última ha sido: Zapatero es el responsable de la derrota de la candidatura olímpica de Madrid. Es claro que la matriz de esta cuña de agitación y propaganda busca una cierta verosimilitud en la credibilidad de la zoología de las derechas españolas. Ya lo dijo aquel perillán de Lope de Vega: «porque, como las paga el vulgo [las comedias], es justo; hablarle en necio para darle gusto»Pero ello no desmiente la ausencia de fundamento intelectual de la respuesta (de ésta o de cualquier otra) de Rajoy y sus mesnaderos. 

Por lo general se trata de una red de familias endogámicas que han hecho de la política una profesión al margen de las disciplinas académicas y, peor todavía, de las cosas de la vida. Se subieron al coche oficial todavía barbilampiños y, ya cuarentones o cincuentones, disponen sólo de lo que podríamos llamar cultura de reunión, formación de conciliábulo, ahítos de figuras retóricas que diseñan los escribas sentados con unas competencias no menos dudosas que aquellos a quienes aconsejan. Nada que ver con la potencia intelectual (se estuviera de acuerdo o no con ellos) de gentes ilustradas como Pere Duran Farell (el gran capitán de industria) y Enrique Fuentes Quintana, por poner dos casos. Más todavía, dos personalidades de la derecha ilustrada, pactista y con un proyecto de modernización del país. Este no es el caso de la actual derecha española (tampoco la catalana).

Llamo la atención, sobre lo que estamos tratando, del artículo del profesor Antón Costas en las páginas sepia de El País:  La renuncia de las élites a liderar la modernización.  De ellos, de estas élites, se podría decir lo que dejó sentado el más famoso orador ateniense sobre las clases dirigentes de su época: «algunos de los cuales de pobres que eran se han vuelto ricos, otros de desconocidos han pasado a notables, otros se han hecho construir casas particulares más imponentes que los edificios públicos y cuanto más se ha empequeñecido la fortuna de la ciudad, tanto más se ha acrecentado la de éstos».  Así habló Demóstenes en su Olintíaco Tercero (Discursos políticos, Gredos 1980).

En resumidas cuentas, estas élites son un mecanismo de freno para cualquier proyecto de reforma y puesta al día de nuestro país. De donde infiero que no habrá la necesaria puesta al día mientras las actuales élites sigan en el Palacio, esto es, en aquel palazzo del que habló largo y tendido Pier Paolo Pasolini. El único proyecto de estas élites iletradas es la continuación de la «disciplina que imponen los mercados internacionales», que fue el elegido en su día, como sostiene el mencionado profesor Antón Costas.  


domingo, 8 de septiembre de 2013

LA PALABRA BÍFIDA DE ARTUR MAS


Como es sabido Mariano Rajoy y Artur Mas se vieron en secreto a finales de agosto. Hasta la presente nadie ha dicho de qué hablaron, pero podemos apostar que pegaron la hebra en torno a la consulta sobre el «dret a decidir». Que no lo sabían los socios de Mas lo explica el berrinche (fundado, por cierto) que hay en Esquerra Republicana de Catalunya. Pero, ¿cuál es el problema de fondo de este encuentro? Los periódicos afirman, interpretando a Mariano, que éste pareció no descartar la posibilidad de una consulta en Cataluña amparada por el paraguas de una ley catalana de consultas.
El problema de fondo es que ambos interlocutores son débiles a la hora de pactar. Mariano no puede conceder eso porque su partido se le echaría encima; Mas no puede aflojar la consulta (tal como se ha planteado) porque le devora Esquerra. Así pues, ambos están en la órbita del o caja o faja [caixa o faixa]. Así las cosas, las estrellas favorecen a ERC.  Que sabe (o intuye) que posponer la fecha mágica del 2014 al 2016 (tal como manifestó el viernes Mas en Catalunya ràdio) podría suponer una clara ventaja para Artur Mas. Pues en 2016 cabe la posibilidad de que la situación económica sea menos tremenda o parezca que lo es. Y mientras tanto, CiU podría proyectar una geometría variable de acuerdos en Catalunya ora con el Partido Popular ora con el Partido de los Socialistas Catalanes. Lo que, por otra parte, dejaría a Esquerra libre de todo compromiso y se haría con importantes caladeros de votos hoy en manos convergentes.

En todo caso, trasladar al 2016 la propuesta de la consulta también favorece al PSC pues le permite ir a la búsqueda del tiempo perdido y, depende cómo, clarificar su propia posada.  

Ahora bien, son tiempos de confusión, porque Artur Mas ha hablado en la dirección de su partido, ayer sábado, de que la fecha de la consulta será durante el 2014, desdiciéndose de lo manifestado veinticuatro horas antes. Con lo que no sabemos a quien respeta menos el president de la Generalitat: si al común de los mortales o a su partido. Con la palabra bífida de Artur Mas nunca se sabe.    



viernes, 6 de septiembre de 2013

CONSEJOS A «EL PRÍNCIPE»


Los estatutos de la Iglesia católica, apostólica y, todavía, romana favorecen la multirreincidencia. Por ejemplo, una persona puede practicar el fornicio que la santa madre considera pecado, pero si se confiesa y  arrepiente puede seguir tan campante en tales ejercicios. El precio es módico: con unas cuantas avemarías tienes la bendición. Cuestión bien diferente es que se privaticen los confesionarios, lo que daría un giro bien radical a este sacramento. Pero, de momento, el rigorismo católico es sólo mera literatura.

De la misma manera, la multirreincidendia de algunos partidos políticos en el asunto de la corrupción tiene su correspondiente absolución –según acreditada teoría de la fauna y flora de políticos y escribas sentados--  en los resultados electorales. Si el público en general da mayorías a tales corruptos es claro que estamos ante una bendición colectiva. En caso contrario la cosa queda en un limbo del que la politología nada nos ha dicho por el momento.

Es cierto que determinados partidos no quieren ser pillados en el renuncio de ver descubiertas las vergüenzas de sus propias inmundicias financieras, pero parecen asumirlo como un riesgo que puede ser sorteado, especialmente si han acumulado el suficiente parné para ir funcionando.

Ahora bien, tras las recientes experiencias del Beato Bárcenas conviene que nos dirijamos a «el príncipe», esto es, al partido para que tome buena nota de lo siguiente: no despidan ustedes nunca, y por ningún motivo, al tesorero ni al gerente. Ni siquiera al contable. Más todavía, a nadie que esté cerca de la fotocopiadora.

Despedir al gerente o al tesorero fue la perdición del PSOE cuando el «asunto Filesa». Algo en lo que no cayó el Partido Popular con el Beato Bárcenas. Ambos partidos no aprendieron nunca de los Médicis que jamás  pusieron en la calle a sus ecónomos.  Y no es que Florencia no fuera corrupta. Lo era, y de ello habló largo y tendido su famoso secretario en la pieza teatral La Mandrágora. 


El gerente y el tesorero deben tener manga ancha en todos los asuntos de su negociado. Mejor dicho, no pueden ni deben ser controlados; de esta manera siempre podrán apechugar (sólo ellos) con las consecuencias de su gestión. Y, repito, nunca, bajo ningún pretexto, ser despedidos. Manga ancha, pues. De manera que la tesorería y la gerencia deben ser una encomienda totalmente independiente de cualquier estructura, especialmente de la dirección, del partido. Es una manera de evitar parecerse a la Zarzamora, la que  siempre  va “llora que llora por los rincones”. Y para que quede constancia de esa discrecionalidad, el tesorero y el gerente deben tener en su tarjeta de visita un escudo de armas con la siguiente leyenda: «agere licere».