domingo, 3 de marzo de 2013

RESPONSABLES DEL AUSTERICIDIO CATALÁN


«Ya no estamos en campaña; es el momento de decir lo que de verdad pensamos», así habló Zaratustra, digo, Jesús Aguirre, portavoz del Partido Popular en la Comisión de Sanidad del Senado. Digamos, pues, que el caballero Aguirre recuerda a su partido lo que, en buena medida, está asaz repartido en la política instalada: las promesas electorales son, así las cosas, palabras de quita y pon. Así parece entenderlo la dirección de Esquerra Republicana de Catalunya, cuyos movimientos sinuosos se orientan en la misma dirección: de nuestras promesas electorales y de su capa hacen un sayo vetusto.

Prometió el oro y el moro con relación a impedir recortes y privatizaciones, pero ahora hacen lo que «de verdad» pensaban, vale decir, mirar para otro lado. Como Júpiter Tonante clamaron contra la corrupción, pero ahora su mirada estrábica les impone un compadrazgo de vieja escuela: por segunda vez han impide la comparecencia de Artur Mas en el Parlament de Catalunya para que hable de las (probables) implicaciones de Convergència Democrática de Catalunya, el partido mayoritario en el gobierno catalán, en el caso Palau. ERC hace un juego político que recuerda las picardías benedictinas: no se sabía si aquel abad impedía que sus frailes fumaran mientras rezaban o que rezaran fumando.

Hay escribidores que afirman que ERC le está marcando el paso a Convergència i Unió en las tareas de gobierno. Digámoslo claro es una banalidad de banalidades. La cosa tiene otra naturaleza. Se trata de un pacto entre Esquerra y CiU: los convergentes aplican a su antojo la gobernabilidad cotidiana de las cosas de comer en Catalunya (recortes y privatizaciones, privatizaciones y recortes) con la mirada distraída de Esquerra y ésta aprieta en el calendario del «derecho a decidir» la operación soberanista. Así pues, para Esquerra el París del soberanismo bien vale la misa del austericidio catalán.  Y es que, en el fondo del fondo, ambas formaciones políticas han intuido lo que La Boétie escribió –se dice que a sus dieciocho años— sobre la «servidumbre voluntaria». Una servidumbre que desde arriba se quiere consolidar por parte de Esquerra, justo cuando su primer dirigente declara bombástica y cínicamente que «si Artur Mas da toda la culpa al gobierno de Madrid, nosotros apoyaremos el presupuesto sea el que sea».

En definitiva, todo está subordinado a la Ciudad del Sol de la «independencia»; todo se remite a un hipotético «mañana». Pero como el camino es largo puede que incluso surjan legiones de grillos y, entonces, habrá quien se eche las manos a la cabeza. ¿No será, así las cosas, que en la política oficial hay un considerable cacho de antipolítica?  Quedan ustedes avisados.    


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